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Los Doñanas

"Doñana es solo la punta del iceberg de un modelo agrario que se ha desarrollado las dos últimas décadas y que se ha convertido en una amenaza. Hablamos de los megainvernaderos para exportación", denuncia el autor.
Invernaderos de frutos rojos en fincas ilegales junto al Parque Nacional de Doñana Foto: WWF

¿No les parece raro que el desierto de Europa se haya convertido en su despensa de frutas y verduras de regadío?

Ya conocen la increíble posición del Gobierno de Andalucía en el caso de Doñana, que en resumen es la defensa acérrima de los invernaderos y las empresas agroexportadoras. Lo de Doñana, por tanto, es un desastre, pero lo peor es que Doñana no es solo Doñana, sino la expresión o, si quieren, la punta del iceberg de un modelo agrario que se ha desarrollado las dos últimas décadas y que se ha convertido en una amenaza. Hablamos de los megainvernaderos para exportación

Se trata de una nueva cultura del agua que se ha desarrollado durante las últimas décadas; los regadíos agrícolas industriales son una fuente de graves problemas ambientales y territoriales que, además, genera también problemas a nivel climático.

España es el país con mayor sobreexplotación de agua de Europa, y no es de extrañar. La financiación pública de apoyo al sector empresarial ha permitido pasar desde el millón de hectáreas tradicionales de regadío hasta los 3,7 millones de hectáreas actuales. En el Estado español, hablar del uso del agua es hablar de agricultura en regadío. Esta consume alrededor del 80% del agua de nuestras cuencas y, según los datos oficiales, su superficie no ha dejado de crecer en las últimas décadas. En las zonas donde no existe el agua disponible en los ríos y en los embalses, el uso de agua subterránea ha aumentado de forma espectacular: un 33% entre 2005 y 2015, hipotecando las reservas de agua del futuro y su papel estratégico en situaciones de sequía.

Un crecimiento de regadíos y uso de aguas que sigue creciendo, que se sigue apoyando desde los poderes públicos, y que nos empuja de manera inexotrable al abismo. No hay agua para tanta fresa destinada a Alemania. Simplemente no disponemos de esa agua.

Les decía que tenemos muchas Doñanas repartidas por el territorio. Aquí van algunos ejemplos para hacerse una idea de la magnitud.  

Los invernaderos de la zona de Almería son los mayores responsables del mayúsculo déficit hídrico de la zona. Ya en 1995 la Confederación Hidrográfica del Sur declaró el acuífero de la zona como sobreexplotado. Después de 26 años, la problemática no ha hecho sino empeorar. El mar de plástico succiona sin parar agua subterránea muy por encima del máximo ecológico; el resultado es su desaparición lenta pero imparable y la entrada de agua salada. En todos los acuíferos conectados al mar hay un equilibrio entre el agua dulce y la salada, que se infiltra y queda por debajo, al ser más densa.

Si nos vamos un poco al norte, siguiendo la línea de costa, el acuífero de Campo de Cartagena (Región de Murcia) ha llevado al Mar Menor al borde del colapso en uno de los mayores desastres ecológicos de la era reciente. También podemos citar el caso de uno de los principales acuíferos almerienses, el del río Aguas. El Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza de Bonn dictó una sentencia contra la sobreexplotación y el expolio de tierras y recursos hídricos en el río Aguas. Tuvo en consideración las múltiples evidencias de violaciones cometidas contra los Derechos de la Naturaleza. El Tribunal consideró que de persistir la extracción de aguas subterráneas más rápido de lo que puede reponerse y privar a las comunidades autóctonas del recurso de agua que las nutren, viola los derechos de los sistemas ecológicos de Almería y viola los Derechos Humanos de los habitantes locales, incluidos los derechos de las generaciones futuras.

Es urgente cambiar el actual paradigma de regadío, simplemente porque es imposible. El actual modelo agroexportador se basa en la explotación de un recurso escaso como es el agua y del que tendremos menos. Necesitamos apostar por una transición alimentaria y agrícola que pasa por invertir en un modelo de agricultura adaptada al territorio y sus recursos, y para ello es necesario una implicación de las administraciones que apuesten por una gestión responsable del agua. No podemos permitirnos más Doñanas.

Javier Guzmán es director de Justicia Alimentaria

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COMENTARIOS

  1. “¿No les parece raro que el desierto de Europa se haya convertido en su despensa de frutas y verduras de regadío?”
    Javier Guzmán sintetiza en esta frase el quid de la cuestión.
    Magnífico artículo. No tiene desperdicio alguno. Con pocas palabras lo explica todo.
    Hay Doñanas en casi todas las Comunidades del estado español; aunque en el Sur parece ser más “chulos que nadie”.
    Sobra codicia y falta sentido común, faltan leyes que protejan al medio natural que es infinitamente más sabio que el hombre, y rectitud moral para hacerlas cumplir.
    Manda la codicia, la especulación., la falta de escrúpulos, es decir, la dictadura del capital.

    DOÑANA, S.O.S. (SEO/BirdLife)
    Somos dos flamencos comunes que hoy te escribimos en nombre de las más de 400 especies de aves que, a lo largo del año, habitamos Doñana.
    Este es un mensaje a la desesperada: necesitamos ayuda, ¡nuestro hogar corre peligro y dependemos del agua en Doñana para vivir!
    La proposición de ley promovida en el Parlamento Andaluz para regularizar los regadíos ilegales que llevan años robando agua de Doñana sigue adelante y nosotras, las aves, no podemos entender por qué se está permitiendo este atentado ambiental.
    Doñana da cobijo a varias especies emblemáticas o mundialmente amenazadas, como mis compañeras, la malvasía cabeciblanca, la cerceta pardilla o el águila imperial ibérica.
    Aquí convivimos aves y otra especies animales y vegetales de toda condición, ¡este es un paraíso para la biodiversidad y tenemos que defenderlo!
    Esta proposición de ley podría ser el final definitivo para nuestro hogar.
    Vosotros los humanos tenéis la responsabilidad de ser nuestra voz en este problema: los cultivos ilegales deben prohibirse, ¡el corazón de Doñana ya debería ser declarado en riesgo de desaparición!
    Se mueven importantes intereses económicos para los que la conservación del medio ambiente es la última prioridad.
    Cada día que pasa, la amenaza del final se hace más grande: Doñana y las aves que la habitamos necesitamos que nos ayudeis

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