La pandemia no ha ralentizado el avance del cambio climático. Tampoco hay indicios “de un crecimiento más ecológico”. Tras una reducción pasajera de las emisiones de dióxido de carbono por las medidas contra la COVID-19, éstas continúan su tendencia al alza. Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera se mantienen a niveles sin precedentes, y a pesar de las medidas adoptadas, los gobiernos están lejos de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Son algunas de las conclusiones que arroja la tercera edición del informe United in Science 2021, publicado este jueves y coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La investigación cuenta también con aportaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el Proyecto Carbono Global, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC) y la Oficina Meteorológica del Reino Unido. El análisis presenta los últimos datos y resultados científicos sobre el cambio climático que fundamentan la adopción de medidas y políticas a escala mundial. No obstante, sus advertencias no son nuevas y vienen a refutar lo que la comunidad científica lleva años diciendo. Tampoco es la primera vez que la ONU se muestra pesimista sobre la manera de abordar la crisis climática.
“Durante la pandemia hemos escuchado que debemos reconstruir para mejorar, a fin de trazar un camino más sostenible para la humanidad y evitar los peores efectos del cambio climático en la sociedad y las economías. En este informe se señala que, hasta el momento en 2021, no estamos avanzando en la dirección correcta”, advirtió el profesor Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
“Este informe no da lugar a dudas. El tiempo se está agotando“, señala Antonio Guterres, secretario general de la ONU, para quien “este año es decisivo en lo que respecta a la acción climática”. “En este informe, elaborado por las Naciones Unidas y organizaciones científicas internacionales asociadas, se brinda una evaluación integral de los últimos conocimientos adquiridos en el ámbito de la climatología. El resultado es una constatación alarmante de lo alejados que estamos del rumbo previsto”, añade.
Según el informe, las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero –dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)– siguieron aumentando en 2020 y durante el primer semestre de 2021. Si bien en 2020 se registró una disminución como consecuencia del parón en la actividad económica por la pandemia que pudo limitar el incremento anual de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero de larga duración, este efecto fue demasiado pequeño como para diferenciarlo de la variabilidad natural.
De hecho, entre enero y julio de este año, las emisiones mundiales en los sectores de la energía eléctrica y la industria ya se encontraban en el mismo nivel o en un nivel superior al observado durante el mismo período en 2019, antes de la pandemia. Sin incluir el transporte aéreo y marítimo, las emisiones mundiales se mantuvieron aproximadamente en los mismos niveles que en 2019. Las estimaciones del informe también establecen una reducción del 5% en las emisiones procedentes del transporte por carretera.
Son datos que llevan a una conclusión clara: “Cinco años después de la adopción del Acuerdo de París, no se ha avanzado en la consecución de los objetivos en cuanto a las emisiones”, dice el informe. Así –añade–, “no habrá una disminución considerable de las emisiones de aquí a 2030, a menos que los países traten de conseguir una recuperación económica que incluya una descarbonización profunda”.
La temperatura media global en superficie correspondiente al período 2017‑2021 –basada en datos recopilados hasta julio– se encuentra entre las más cálidas jamás registradas y, acorde a las estimaciones, equivale a entre 1,06 °C y 1,26 °C por encima de los niveles preindustriales. Según el último informe del IPCC, publicado el pasado agosto, como consecuencia de las emisiones descontroladas procedentes de las actividades humanas, la temperatura ya ha subido aproximadamente 1,1 °C desde esa época.
Sobre esta cuestión, ambos informes –el del IPCC y el publicado este jueves– coinciden en que esta tendencia no se frenará. Este último análisis concluye que es probable que, en cada uno de los próximos cinco años, la temperatura media mundial anual cerca de la superficie supere, por lo menos, en 1 °C los niveles preindustriales –que corresponden a la media del período 1850‑1900–, y es muy probable que ese aumento oscile entre 0,9 y 1,8 °C. Conforme a sus datos, hay un 40 % de probabilidades de que la temperatura media mundial en uno de los próximos cinco años sea, por lo menos, 1,5 °C más alta que en los niveles preindustriales. Sin embargo, es muy poco probable –alrededor del 10% de probabilidad– que la temperatura media de los cinco años correspondientes al período 2021‑2025 esté 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Resultado del calentamiento global son los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que se han producido durante este año: la ola de calor excepcional en Estados Unidos y Canadá o las precipitaciones que causaron inundaciones mortales en Europa Occidental el pasado julio. “Fueron señales inequívocas del cambio climático causado por las actividades humanas”, sentencia el informe.
El nivel medio del mar a escala mundial aumentó 20 cm desde 1900 a 2018. Sobre este aspecto, el informe señala que incluso aunque se reduzcan las emisiones para mantener el aumento de temperatura muy por debajo de 2 °C, el nivel medio del mar a escala mundial probablemente aumentaría entre 0,3 m y 0,6 m de aquí a 2100, y podría aumentar entre 0,3 m y 3,1 m de aquí a 2300. La adaptación “será fundamental”, concluye el análisis: “Deberán adoptarse estrategias de adaptación donde no existan”, especialmente en las zonas costeras bajas, las islas pequeñas, los deltas y las ciudades costeras.
Los riesgos para la salud también forman parte de este amplio informe y se dan, sobre todo, por las olas de calor, los incendios forestales y la contaminación atmosférica: peligros climáticos que se están agravando y son especialmente dañinos entre la población más vulnerable. El aumento de las temperaturas guarda relación con el incremento de la mortalidad y las discapacidades laborales relacionadas con el calor. En 2019, se perdieron más de 103.000 millones de horas de trabajo en todo el mundo en comparación con el año 2000 por este motivo, alerta el informe.
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No, no estamos avanzando en la dirección correcta y no escarmentamos de los errores cometidos, seguimos una y otra vez tropezando en la misma piedra:
El nuevo accidente de la central nuclear Confrents ha supuesto el vertido de agua altamente radiactiva.
Este 9 de septiembre la central nuclear de Cofrentes ha sufrido una fuga de agua altamente radiactiva del circuito primario del reactor. La fuga se ha producido en el edificio de la turbina de la central, es decir, fuera de la contención del reactor, la misión es justamente mantener las posibles fugas de derrames radiactivos aisladas del exterior.
Esta fuga no parece haberse detectado en primera instancia, sino sólo a raíz de la bajada del nivel del agua dentro del reactor, lo que ha obligado a detener urgentemente el reactor.
Este accidente ha supuesto la primera parada no programada de la central desde que se le renovó la licencia de funcionamiento, en marzo de este año, y junto con el hecho de que no parece haberse detectado en primera instancia pone de manifiesto la imprudencia que ha supuesto la renovación por parte del Gobierno.
En efecto, la central de Cofrentes, que ya ha cumplido 37 años de funcionamiento, mucho más allá de su vida de diseño, está vieja y deteriorada. Esto, combinado con la política de la dirección de la central de maximizar la producción a toda costa, hace más que previsible que accidentes como este o más graves se repitan.
Por ello, la plataforma Cerramos Cofrentes insiste en pedir que se cierre de una vez esta central que pone toda la ciudadanía en peligro, y que se haga una transición rápida a un sistema basado exclusivamente en energías renovables, que evite un cambio climático catastrófico y que será más limpio, seguro y económico.
Más urbanizaciones, campos de golf y derroche de agua,
claro que nos lo podemos permitir. Nuestros ríos son los más caudalosos del mundo, además cada día llevan más caudal y ¡es que como llueve a espuertas en esta Península Ibérica ya ni sabemos que hacer con tanta y tanta agua!.
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Representantes de Ecologistas en Acción han mantenido una reunión con el alcalde de la Entidad Local Autónoma (ELA) de Zahara de los Atunes para coordinar criterios de cara a la futura urbanización que, bajo el nombre de Atlanterra Golf, se pretende construir junto a la ya saturada Atlanterra.
Aunque el proyecto está localizado en el término de Tarifa, el alcalde de Zahara de los Atunes explicó a los ecologistas que, al carecer esta urbanización de servicios, los residentes y turistas utilizan los de Zahara de los Atunes, con el consiguiente colapso de los mismos. Esta situación se agravaría con esta nueva urbanización, que tiene previsto la construcción de 1.035 viviendas y 1.372 plazas hoteleras.
El alcalde también advirtió de la absoluta falta de agua para esta nueva promoción urbanística, pues la actual urbanización de Atlanterra ya sufre restricciones de agua, por lo que no se explica que se pretenda construir esta gigantesca urbanización con un campo de golf. Los ecologistas informaron al alcalde que recurrirán cualquier solicitud -como es la intención de la empresa promotora y del alcalde de Tarifa- para conectar esta nueva urbanización con la Zona de Abastecimiento Gaditano, cuya agua procede del pantano de Los Hurones, pues, por ley, el Consorcio de la Zona de Abastecimiento Gaditano sólo puede abastecer a 15 municipios, entre los que no se encuentra Tarifa. Igualmente le comunicaron que están estudiando los recursos hídricos de la zona y la situación del acuífero de Barbate, para que todo el mundo conozca el total de estos recursos disponibles….
https://www.ecologistasenaccion.org/178676/coinciden-en-el-rechazo-del-proyecto-de-atlanterra-golf/