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COP 25 [Día 5]: Una marcha sin Greta

Una multitudinaria manifestación abre la Cumbre Social por el Clima en Madrid para exigir más ambición a los líderes reunidos en la COP 25.
Una manifestante, durante la Marcha por el Clima del 6 de diciembre de 2019. Foto: Fermín Grodira Foto: manifestacion6d19

“He venido a unirme al resto de la gente que aboga por una justicia climática”, cuenta Sheripher Dinala, una joven de Malawi que estudia un máster en Madrid. Dinala, de 26 años, es una de las 500.000 (según los organizadores) o 15.000 personas (según Delegación del Gobierno en Madrid), que han participado en la Marcha por el Clima que se ha celebrado hoy en Madrid. Sheripher es optimista y cree que los líderes que han acudido a la COP 25 les escucharán. “Somos muchos y nuestra voz llegará”, afirma.

Esos líderes, o muchos de ellos, llegarán la semana que viene a la COP 25, sustituyendo a los técnicos que han protagonizado estos primeros días. La cumbre ‘maldita’ del clima, realizada finalmente en Madrid tras las renuncias de Brasil y Chile, ha traído consigo también a la capital del reino una gran manifestación por el clima.

Vista de la Marcha por el Clima. Foto: Fermín Grodira

La marcha sirve como prólogo a la contracumbre (la Cumbre Social por el Clima), que comienza este sábado. Con presencia de activistas climáticos de todo el mundo y gran presencia mediática internacional, los manifestantes han recorrido los cinco kilómetros que separan Atocha de Nuevos Ministerios.

El traslado de la cumbre desde Chile a España, tras las movilizaciones ciudadanas del mes de noviembre en el país americano, ha dado un gran protagonismo a los manifestantes chilenos en la protesta climática, tanto en número como por su posición en la manifestación, encabezada por mapuches y otros pueblos originarios de América.

Manifestantes indígenas al final de la marcha. Foto: Fermín Grodira.

Una de esas chilenas es Kuyen, que estudia un máster en Barcelona y se ha desplazado a Madrid para manifestarse. La estudiante se muestra muy crítica con el cambio de sede pero cree que ayuda a visibilizar la situación en Chile.

Mario Agreda es indígena andino. Procede, en sus propias palabras, de la “mal llamada Bolivia”. Ha acudido a la manifestación tras enfrentarse en la COP 25 al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, por sus palabras sobre Notre Dame. “Estamos luchando no sólo por la supervivencia sino por la existencia. No queremos ayuda. Exigimos justicia. Pedimos que sea una lucha global”, explica Agreda. 

Junto a Agreda se manifiesta un cabrero de la zamorana Sierra de la Culebra que se siente “tan indio” como Agreda. “Somos una especie en peligro de extinción. Reclamamos que para esta tierra se hagan los mismos usos y costumbres que aquellos hombres nos dejaron porque tres cuartas partes de la humanidad han sido pastores”, ha contado este pastor de cabras que ha preferido permanecer en el anonimato.

Jóvenes se manifiestan por el clima en Madrid. Foto: Fermín Grodira.

En la marcha también había espacio para un grupo de estudiantes franceses, de Erasmus en Madrid. Dos de ellas, estudiantes de Ciencias Políticas, buscan concienciar a los políticos y “representar al pueblo francés” ya que el presidente francés, Emmanuel Macron, no acudirá a la COP 25.

Y si este movimiento tiene una característica distintiva, esa es la juventud. Muchos adolescentes, incluso niños, han participado en la marcha. Como los hijos de Julio, biólogo madrileño de 48 años, que cree que es muy necesario “cambiar el modelo de consumo”. Julio, a diferencia de Sheripher, es más pesimista: piensa que la voz de los manifestantes se oirá en la COP 25 pero duda “que se escuche”. No obstante, sí cree que “la presión siempre va a empujar para que se tome más en serio”.

Al final de la marcha, en una abarrotada Castellana, varias personalidades y activistas de todo el mundo han leído un manifiesto. Y para cerrar, música: conciertos de artistas como Amaral y Macaco entre otros. El llamamiento de la Cumbre Social por el Clima denuncia “los intentos de promover falsas soluciones” como la energía nuclear y la geoingeniería, así como “la imposición de un modelo de producción y consumo” antiecológico. El manifiesto leído al final de la marcha también pedía a las personas y colectivos “rebelarse frente a un sistema capitalista opresor que expulsa cada vez a más personas y esquilma de forma creciente las bases que sostienen la vida”.

La marcha ha sido pacífica y masiva. No obstante, la policía ha cargado en al menos dos ocasiones contra un grupo de manifestantes encapuchados. La policía ha realizado dos detenciones, que según han declarado “fuentes policiales” a Europa Press, se han producido tras lanzar objetos. Además, al menos una docena de personas ha sido retenida e identificada. Según estas mismas fuentes no identificadas, seis policías “han resultado heridos mientras dispersaban al grupo de encapuchados”.

Un grupo de manifestantes durante la Marcha por el Clima. Foto: Fermín Grodira.

PD: ¿Y por qué no se hace mención a la activista sueca Greta Thunberg en esta crónica cuando ha sido el centro mediático del día? Por eso mismo. Climática, en su apuesta por una agenda propia y por hablar de la crisis climática de otro modo ha optado por darle voz al resto de participantes, anónimos o no, en la marcha climática sin que la presencia de la adolescente les eclipse. Esta ha sido una marcha con Greta Thunberg, pero sin ella.

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