Año tras año, dos cantidades siguen en aumento: la financiación de los bancos a los combustibles fósiles y el calentamiento global. Uno siendo el motor del otro. Solo en 2022, los 60 mayores bancos financiaron combustibles fósiles por valor de 673.000 millones de dólares (unos 608 mil millones de euros), según una nueva edición del informe Banking on Climate Chaos. Las españolas Banco Santander, BBVA y CaixaBank continúan, un año más, colándose en esta lista con más de 11 mil millones invertidos en proyectos de carbón, petróleo y gas durante el año pasado.
Ya han pasado siete años desde que varias asociaciones se unieran para cuantificar la influencia de las entidades bancarias en el sector y plasmarlas en un documento anual. Desde entonces, los bancos más importantes han inyectado 5,5 billones de dólares (unos 4,9 billones de euros). El Royal Bank of Canada (RBC) es el que encabeza esta lista, con una aportación de 42.100 millones de dólares, aunque son los bancos de Estados Unidos los que acaparan más financiación. JP Morgan Chase –que ha ocupado la primera posición en los cuatro años anteriores–, Citi, Wells Fargo y Bank of America son los que se encuentran por detrás del gigante canadiense.
En términos generales, la financiación a los combustibles fósiles ha disminuido respecto a años anteriores. Esto se debe, según el informe, a “condiciones geopolíticas y económicas inusuales, no a cambios en la política bancaria”. Aun así, hay varias entidades que, más allá del lavado verde que pretenden dar, siguen aumentando el dinero invertido en las grandes petroleras.
Si ponemos el foco en España, Banco Santander continúa siendo el banco nacional que más contribuye a la crisis climática. Aunque este año ha descendido diez posiciones y y se coloca en el puesto 32 a nivel global, solo en 2022 destinó más de 6.400 millones de dólares (5.700 millones de euros) a proyectos de carbón, gas y petróleo, un 17% menos respecto al año pasado.
No obstante, hay un apartado que ha liderado. En 2022, Banco Santander fue la entidad financiera que más dinero destinó a la extracción de petróleo y gas del Amazonia con 169 millones de dólares (unos 152 millones de euros). Esto la coloca en el sexto puesto de bancos que más dinero (718 millones de dólares) ha invertido en uno de los ecosistemas más importantes del planeta desde la firma del Acuerdo de París, en 2016.
Los otros dos bancos españoles en la lista, BBVA y CaixaBank, siguen financiando al sector de los fósiles, aunque siempre por detrás de la entidad dirigida por Ana Botín. A pesar de que el primero ha disminuido en un 30% su aportación al negocio de los combustibles fósiles respecto al año pasado, su inversión fue de casi 2.500 millones de dólares (unos 2.260 millones de euros) tras financiar a un total de 100 empresas. Entre las que más financiación recibieron el pasado año se encuentran Schlumberger Holdings Corp, Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, Cheniere Corpus Christi Holdings LLC, y Energy Transfer LP. Es notable su interés por entidades estadounidenses y mexicanas.
CaixaBank no diversifica tanto sus opciones y apuesta por 29 empresas en el sector, situándose en las posiciones más bajas de la clasificación de multinacionales. Vitol SA, Venture Global Plaquemines Lng LLC, Rioja Acquisition Sarl, Cheniere Corpus Christi Holdings LLC y Cepsa fueron sus principales preferencias el año pasado. En total, ha aumentado la financiación en un 364% en comparación con el año anterior, con 2.215 millones de dólares.
Los efectos de la invasión rusa en Ucrania se han notado en los intereses de los tres bancos españoles. Tanto Banco Santander como BBVA y CaixaBank se sitúan en la parte superior de la lista de financiación bancaria para las 30 principales empresas importadoras y exportadoras de gas natural licuado (GNL). Entre las tres entidades, han inyectado más de 6.500 millones de dólares al recurso que creen que aligerará la crisis energética en la que está sumida el continente europeo.
Pero esto tiene consecuencias, sobre todo, para el sur global, que está viendo explotados cada vez más estos recursos en su territorio. Europa ha mostrado su interés en Mozambique y Nigeria para nuevas extracciones de gas y exportación. Esta última posee los mayores yacimientos de gas de África y es actualmente el mayor exportador de GNL del continente.
"La loca carrera de Europa por el gas en África podría dejar a los países africanos con activos varados, excluir a a millones de africanos de un acceso fiable y asequible a fuentes seguras de energía y bloquear la voluntad política de avanzar hacia las energías renovables", asegura la publicación.
Contrariamente, y a diferencia de años anteriores, "ninguno de los tres bancos españoles tuvo este año exposición alguna a las empresas más activas en la extracción de petróleo y gas del Ártico", explica a Climática April Merleaux, responsable de investigación en Rainforest Action Network, una de las organizaciones autoras del informe. En el caso de Santander, la cifra invertida en proyectos en el casco polar el año 2021 fue de 220 millones de euros, lo que supuso un incremento de más del 500% en comparación al año 2016.
Entre las empresas que se encuentran en esa lista dedicada a perforar el Ártico hay nombres conocidos como Shell, TotalEnergies, la española Repsol y PJSC Gazprom, que ocupa la primera posición. Otros que tal vez pasan más desapercibidos también tienen gran parte de responsabilidad en la explotación de este territorio: ConocoPhillips, sin ir más lejos, es la promotora del megaproyecto Willow, que recientemente fue aprobado por el Gobierno estadounidense para extraer petróelo y gas en Alaska.
A pesar de las advertencias de la comunidad científica ante la grave situación en la que nos encontramos, poco o nada ha cambiado. Aunque en 2022 la financiación a la industria fósil ha registrado la cifra más baja desde 2016 —el año 2019 fue el peor, con una inversión de 863 mil millones—, el sector consiguió unos beneficios récord en 2022 de 4 billones de dólares.
Hace un mes, el secretario de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, volvía a criticar la dependencia a los combustibles fósiles y reclamaba acciones legales para impedir megabeneficios en detrimento del planeta y la población más vulnerable. El último informe de síntesis del panel de expertos del organismo, el IPCC, llegaba a la misma conclusión cuando alertaba de que solo las emisiones de CO2 que generarían en esta década las infraestructuras de combustibles fósiles existentes basta para exceder el presupuesto de carbono restante para un calentamiento de 1,5 °C.
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Los consumidores, no somos víctimas, somos culpables de crear y engordar tiburones que nos están devorando.
Con motivo de la Junta de Accionistas del Banco Santander, Ecologistas en Acción y Mighty Earth han presentado el informe “Banco Santander: Financiando la crisis climática”, en el que se resumen algunas de sus inversiones más negativas para el planeta.
Según el informe, entre los años 2010 y el 2022 Banco Santander ofreció crédito por valor de 11.086 millones de dólares a los sectores más implicados en la deforestación mundial: madera, papel, aceite de palma, carne de vacuno, soja y caucho, al tiempo que ocupó la quinta posición en el ranking de financiadores de estos sectores.
Banco Santander es también la segunda institución financiera de la UE que más créditos concede a los principales exportadores brasileños de carne de vacuno implicados en la deforestación: JBS, Marfig y Minerva.
Desde 2019 JBS ha realizado 13 emisiones de bonos por importe de 10.770 millones de dólares, habiendo participado el Banco Santander en al menos la mitad de ellas, con las que JBS ha conseguido 4.900 millones de dólares. Esto le coloca entre los 20 bancos que no solo están financiando la deforestación en las selvas tropicales, sino también las mayores emisiones de metano (un gas con un potencial de calentamiento climático 84 veces mayor que el CO2) relacionadas con el sector ganadero a nivel mundial.
En cuanto a la financiación de la energía fósil, el informe detalla un aumento del interés del sector financiero por el Gas Natural Licuado (GNL, compuesto fundamentalmente de metano), una de las industrias más nocivas del mundo.
Banco Santander, según datos proporcionados por Profundo, habría participado entre abril de 2021 y septiembre de 2022 en la colocación de bonos por valor de 3.000 millones de dólares para Venture Global LNG, una compañía estadounidense que está desarrollando plantas de GNL en la costa del golfo de México.
Se trata de una inversión muy controvertida, ya que las organizaciones locales alertan de la contaminación del aire en la zona y de los problemas de salud que está provocando en la población local. Por otro lado, los problemas medioambientales son varios: peligro de que el emplazamiento se inunde; traslado de la contaminación por productos químicos a viviendas; y tierras de cultivo y frágiles humedales costeros. A nivel social la mayoría de personas en este territorio, predominantemente comunidades negras e indígenas, siguen luchando a diario para que sus hogares no se conviertan en zonas de sacrificio.
Por último, el informe apunta al negocio armamentístico, y haciéndose eco del informe del Centre Delàs “Financiación de la militarización y la guerra de fronteras en el Mediterráneo” [resumen | informe] señala cómo Banco Santander financió con más de 4.000 millones de euros a grandes empresas dedicadas a la industria del armamento y militarización de fronteras entre el año 2020 y 2022. Todo esto a pesar de las políticas del banco que prohíben la financiación de armamento militar…
https://www.ecologistasenaccion.org/288221/banco-santander-financia-la-crisis-climatica-y-la-deforestacion/