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Banco Santander y BBVA, dos de los bancos que más financian la expansión de combustibles fósiles en África

En 48 de los 54 países africanos se están explorando o desarrollando nuevas reservas de carbón, gas y petróleo. La mayoría de proyectos están realizados y financiados por empresas extranjeras.
Mina de carbón de propiedad china, en Zambia. Foto: Imago images/Joerg Boethling vía Reuters Connect.

La COP27 que se celebra en estos momentos en Sharm El Sheikh, Egipto, se ha llegado a bautizar como ‘la cumbre del clima africana’. Con ese apodo, lo que se pide es que los esfuerzos se centren en el continente, tan golpeado por la crisis climática como históricamente ignorado. Sin embargo, la realidad fuera del recinto donde se negocia es otra. En 48 de los 54 países de África, las empresas de petróleo, gas y carbón están explorando o desarrollando nuevas reservas de combustibles fósiles.

Más de 30 organizaciones, entre ellas Urgewald, Stop EACOP, Oilwatch Africa y Africa Coal Network, han presentado un informe en el que detectan que al menos 200 empresas están explorando y desarrollando nuevos proyectos e infraestructuras fósiles como terminales de gas natural licuado (GNL), oleoductos y centrales eléctricas de gas y carbón en África.

El documento, titulado ¿Quién financia la expansión de los combustibles fósiles en África?, señala que desde 2017 han sido autorizados 886.000 km2 –una superficie mayor que la de Francia e Italia juntas– para nuevas exploraciones de petróleo y gas en África. Solo en Egipto, 55 compañías se dedican a la prospección de nuevos yacimientos de petróleo y gas.

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“Los combustibles fósiles están en la raíz de la crisis climática y África está más afectada por esta crisis que cualquier otro continente”, denuncia Omar Elmawi, director de EACOP, una campaña mundial contra la construcción del oleoducto de petróleo crudo de África Oriental. Las empresas, se queja el especialista, “están inundando el continente con proyectos de energía sucia que son completamente incompatibles con los objetivos climáticos de París y el límite de 1,5 °C”.

África como negocio (fósil)

El análisis muestra que los gastos totales de capital para la exploración de petróleo y gas en África aumentaron de 3.400 millones de dólares en 2020 a 5.100 millones de dólares en 2022. Además, las empresas africanas representaron menos de un tercio de esta suma. La mayor parte de la exploración de nuevos recursos de petróleo y gas en el continente es realizada y financiada por empresas extranjeras.

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El mayor promotor de nuevos recursos de petróleo y gas en África es TotalEnergies, según el informe. La petrolera francesa –con presencia en España–, conocida por su contribución histórica al calentamiento global, ya obtiene el 25% de su producción de hidrocarburos en África y pretende añadir 2.270 millones de barriles de petróleo equivalente a su cartera africana. La extracción y combustión de estos nuevos recursos equivaldría a tres años de emisiones anuales de gases de efecto invernadero de Francia. Le siguen la empresa estatal argelina de petróleo y gas Sonatrach (1.750 millones de barriles equivalentes de petróleo) y la italiana Eni (1.320 millones de barriles equivalentes de petróleo). 

Antes de 2030, los autores avisan de que las empresas de petróleo y gas se preparan para añadir al menos 15.800 millones de barriles equivalentes de petróleo a sus carteras de producción en África. Para hacerse una idea de la magnitud de esto, la extracción y combustión de estos recursos de petróleo y gas liberaría 8 gigatoneladas de CO2eq a la atmósfera, más del doble de lo que emite la Unión Europea cada año.

Estos proyectos fósiles, además de caros, tienen una vida útil de décadas. Esto se traduce en miles de emisiones innecesarias y en un bloque para que los países africanos puedan priorizar las energías renovables. 

Según la Agencia Internacional de la Energía, “lograr el pleno acceso a la energía moderna en África para 2030 requeriría inversiones de 25.000 millones de dólares al año”, una suma comparable al coste de un solo gran proyecto de GNL. “La adicción a los combustibles fósiles de Europa es uno de los principales motores de los nuevos proyectos de GNL en África. La carrera por el petróleo y el gas de África no tiene nada que ver con el aumento del acceso a la energía para los africanos”, apunta Anabela Lemos, directora de Amigos de la Tierra Mozambique.

También preocupa el resurgir del carbón. Si bien el parque de centrales de este hidrocarburo se ha reducido en los últimos cuatro años en África, la industria sigue expandiéndose en el continente. En 11 países africanos están previstas o se están desarrollando nuevas centrales eléctricas de carbón, minas de carbón o infraestructuras de transporte de carbón. Más de la mitad de la nueva capacidad energética de carbón está prevista en Zimbabue y alimentará en gran medida las operaciones mineras en lugar de proporcionar energía al 47% de la población, que todavía no tiene acceso a la electricidad. Actualmente, se están desarrollando 70 nuevas minas de carbón o ampliaciones de minas en 9 países africanos. Los países con mayor número de proyectos mineros de carbón son Sudáfrica (49), Zimbabue (6), Botsuana (5) y Mozambique 

¿Quién financia la expansión de los combustibles fósiles en África?

"África tiene el 39% del potencial renovable total del mundo y, sin embargo, los inversores extranjeros siguen financiando un futuro fósil para nuestro continente", lamenta Bobby Peek, de la campaña Life After Coal de Sudáfrica. 

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En julio de 2022, más de 5.000 inversores institucionales poseían acciones y bonos por un total de 109.000 millones de dólares en empresas que desarrollan nuevos proyectos de combustibles fósiles en África. De estos principales inversores, 14 tienen su sede en Estados Unidos, 6 en Europa, 1 en Canadá, 1 en la India y 1 en Sudáfrica. 

El mayor inversor institucional en la expansión de los combustibles fósiles en África es el gigante de la inversión estadounidense BlackRock, con participaciones de más de 12.000 millones de dólares. Le siguen Vanguard (8.400 millones de dólares) y el Fondo de Pensiones del Gobierno noruego (3.700 millones de dólares).

Los bancos comerciales canalizaron más de 98.000 millones de dólares a empresas que desarrollan nuevos proyectos fósiles en África entre enero de 2019 y julio de 2022. De este total, 44.000 millones de dólares se proporcionaron a través de préstamos y 54.000 millones a través de la suscripción de nuevas emisiones de acciones y bonos. 

El principal banco que financia la expansión de proyectos fósiles en África es Citigroup (5.600 millones de dólares). Sus clientes preferidos son Sudáfrica Sasol (1.200 millones de dólares), BP (897 millones de dólares) y TotalEnergies (619 millones de dólares). Le sigue el también estadounidense JPMorgan Chase (5.100 millones de dólares), cuyas empresas más beneficiadas de su dinero han sido TotalEnergies (949 millones de dólares), Sasol (938 millones de dólares) y Eskom (500 millones de dólares). Completa el podio la francesa BNP Paribas (4.600 millones de dólares), con TotalEnergies (1.100 millones de dólares), Eni (890 millones de dólares) y BP (780 millones de dólares). millones) como principales benefactores.

En el puesto 16 aparece el Banco Santander, con 1.984 millones de dólares invertidos en proyectos fósiles en África. En el puesto 20 está el BBVA, con 1.352 millones de dólares. Ambos bancos son habituales en los rankings de empresas que más dañan el clima y la biodiversidad. Ya sea con proyectos fósiles en el Ártico o con la deforestación en el Amazonia. Desde la firma del Acuerdo de París, la entidad dirigida por Ana Botín ha invertido 38.470 millones de euros en empresas de combustibles fósiles, mientras que la presidida por Carlos Torres Vila unos 23.572 millones de euros.

Estos datos –que no deja de ser la realidad– contrastan con las promesas y compromisos. Y es que el 71% del apoyo bancario a los promotores de combustibles fósiles en África procede de bancos miembros de la llamada Net Zero Banking Alliance, de la que forman parte desde su fundación el Santader y BBVA. "Hacer promesas de cero neto para mañana no tiene sentido si hoy se gastan miles de millones de dólares en la expansión de los combustibles fósiles. Las instituciones financieras que dicen estar alineadas para 1,5°C deben dejar de apoyar a los clientes que nos están llevando hacia 2,8°C", afirma Heffa Schuecking, directora de Urgewald.

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