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Retrasar 10 años la acción sobre la biodiversidad costaría el doble que si se actuara ya: de 7 a 15 billones de dólares

Un nuevo informe independiente sobre biodiversidad cuantifica el coste de retrasar la acción para alcanzar los objetivos de conservación de los bosques en 2050.
La deforestación nos impide ganar en inmunidad. Foto: Greenpeace

Frenar la pérdida de biodiversidad es fundamental para hacer frente al cambio climático y prevenir futuras pandemias como la de la COVID-19. Para ello, hay dos opciones: actuar ahora o dejarlo para más adelante. La diferencia del coste entre una opción y otra es evidente: retrasar la acción sobre la biodiversidad una década hará que se dupliquen los costes de estabilización de la biodiversidad: de unos 7 billones de dólares pasaríamos a 15 billones, según un nuevo informe elaborado por el Museo de Historia Natural de Reino Unido junto al Vivid Economics.

La biodiversidad está disminuyendo a un ritmo sin precedentes. Así lo constató a principios de mes un estudio mundial independiente sobre la economía de la biodiversidad encargado hace dos años por el gobierno británico al profesor y economista Partha Dasgupta. Ahora, este nuevo trabajo enfatiza en la urgencia de la toma de decisiones. Ambos textos comparten la misma idea: es necesario un cambio fundamental en nuestra forma de pensar y enfocar la economía para invertir la pérdida de biodiversidad, y proteger y mejorar nuestra prosperidad.

Los autores tienen claro que no podemos permitirnos el lujo de retrasar la acción. De hacerlo, puede que no sea factible estabilizar la biodiversidad a nivel mundial -incluso al nivel actual de agotamiento- para 2050, detallan en el documento. Las tasas de extinción actuales son entre 100 y 1.000 veces superiores a la tasa de referencia, por lo que cualquier retraso dificulta aún más la recuperación de la naturaleza y, por tanto, hace menos probable que sea económica y políticamente viable. Asimismo, el coste global de la producción de alimentos y materiales entre 2021 y 2050 será menor si se actúa de inmediato y mayor si se retrasa la acción.

Si no se adoptan medidas más ambiciosas de las que ya están en marcha en materia de biodiversidad, se prevé que en los próximos 30 años se extingan más especies endémicas que las que se calcula que murieron en todo el periodo comprendido entre los años 850 y 1850. En cambio, actuar ahora puede reducir esta cifra en un 25%. Esta reducción, explica el informe, podría lograrse incluso si se retrasase la acción, pero entonces se duplicaría el coste. Si la acción es inmediata y ambiciosa, existe la opción de lograr una mayor reducción de las tasas de extinción y sólo costaría dos tercios de lo que costaría una acción con retraso.

Las conclusiones del informe se basan en los diferentes niveles y plazos de restauración mediante la reforestación de zonas boscosas naturales en todo el mundo para generar resultados positivos para la biodiversidad. Para el profesor Andy Purvis, uno de los responsables del trabajo, “nuestro propio futuro está entrelazado con el de la naturaleza”, por lo que “ignorar el problema es dejar a las generaciones futuras con un planeta roto; actuar ahora podría arreglarlo”.

Acciones concretas

Además de poner evidencia la necesidad de cuidar y proteger la biodiversidad, los especialistas ofrecen una serie de recomendaciones políticas. Tomando el ejemplo de los bosques, proponen desarrollar programas de reforestación mediante la plantación. También apuestan por diseñar mecanismos de incentivos para la biodiversidad que complementen e incorporen los pagos por gases de efecto invernadero, en forma de compromisos de mercado anticipados, en las zonas ricas en biodiversidad y a los lugares con alto potencial de restauración.

Otra de las recomendaciones es transformar el sector financiero para alinearlo con una transición positiva para la naturaleza. Asimismo, ven necesario redistribuir “inmediatamente” los subsidios a la producción de alimentos y materiales en la adopción de tecnologías que mejoren el rendimiento. “Los incentivos económicos deben trabajar a favor, y no en contra, de los resultados de la biodiversidad, el clima y la nutrición”, recuerda el informe.

Para Adriana De Palma, investigadora de biodiversidad del Museo de Historia Natural y una de las responsables del estudio, “la biodiversidad es clave para el bienestar humano. Por ello, pone en valor el contenido de este informe”, que “muestra que una acción rápida y ambiciosa es lo mejor para nuestro planeta y para nuestros bolsillos”.

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COMENTARIOS

  1. PAREMOS LAS FALSAS RENOVABLES.
    «Los incentivos económicos deben trabajar a favor, y no en contra, de los resultados de la biodiversidad, el clima y la nutrición».
    El 60 % de la energía clasificada como «renovable» en Europa procede de la quema de madera y cultivos. Las viejas centrales eléctricas de carbón ahora se dedican a quemar bosques y cultivos a gran escala. La Unión Europea lo llama «energía verde» y se encarga de subvencionarla.
    Algunos gigantes de la industria se están sumando a esta práctica, deforestando los bosques y arando lo que queda de pastos y prados para conseguir esas subvenciones. De repente, las viejas centrales eléctricas de carbón que tanto han contaminado se han convertido como por arte de magia en productoras de «energía limpia». Y todo esto se paga con nuestros impuestos.
    La Unión Europea cuenta con subvenciones destinadas a los productores de los llamados «combustibles verdes». Por eso, la industria está quemando árboles sanos y transformándolos en gránulos de madera (conocidos como pellets) para transportarlos hasta las centrales eléctricas y quemarlos, haciéndolos pasar por una fuente de energía renovable. Solo en la última década, la superficie dedicada a explotaciones forestales con fines industriales ha aumentado 0,37 millones de hectáreas en Europa. Pero los bosques no son los únicos que sufren: la UE importa madera desde otros países, causando la deforestación de muchos más rincones del mundo.
    Los cultivos, en especial los de maíz, están sufriendo el mismo destino: la industria los siega y quema con el objetivo de producir energía. El reclamo de las subvenciones ha hecho que este tipo de plantaciones de proporciones inmensas proliferen por todo el territorio europeo, dejando fuera a otra clase de cultivos y llevándose por delante el ya reducidísimo número de pastos y prados que todavía conservábamos, lo que conlleva la destrucción del medio natural de miles de plantas, flores, insectos y buena parte del ganado menor. El precio del suelo también se ha disparado. Es un despropósito y, por desgracia, nuestros impuestos contribuyen a que siga ocurriendo.
    https://you.wemove.eu/campaigns/falsas-renovables-ym?utm_source=civimail-35099&utm_medium=email&utm_campaign=20210208_ES_2

  2. SALVAR EL BARRANCO DE ARGUINEGUÍN DEL MACROPROYECTO HIDROELÉCTRICO DE CHIRA-SORIA
    La transición energética es un imperativo, pero debe ser ecológica, sostenible y de calidad: la solución no es aprobar proyectos faraónicos de diseño anticuado e ineficaz, poco transparentes, con graves consecuencias medioambientales y que no cuentan con respaldo vecinal.
    Cuatro toneladas de dinamita diarias. Cien toneladas de explosivos en total. Esos son los explosivos que destruirán el barranco de Arguineguín, un paraje natural de gran valor biológico, paisajístico y etnográfico, para acomodar el proyecto de la Central Hidroeléctrica Chira Soria.

    Esta devastación la pagaremos con nuestros impuestos: casi 500 millones de euros. El 12 % de la isla de Gran Canaria se verá impactado [1]. Una gran parte de esta extensión corresponde a una Reserva de la Biosfera de la UNESCO y espacios de la Red Natura 2000, a pesar de que el Tribunal Constitucional dictaminó en 2019 que este tipo de terrenos deben conservarse como suelos no urbanizables de especial protección. Además, la obra no está cofinanciada por fondos europeos y no fue seleccionada como proyecto piloto por la Secretaría de la Comisión Europea, lo que pone en entredicho que se atenga a los objetivos y directivas de la Unión Europea.

    Por si fuera poco, esta iniciativa deja la soberanía energética de la región en manos de multinacionales e impondrá a las personas que residen en las inmediaciones una década de construcciones, vertidos, voladuras submarinas, aguas turbias, polvo en suspensión y tráfico pesado. Y lo que es más: no está claro si funcionará de forma pública o privada (o conjuntamente) ni qué acuerdos económicos se han alcanzado para ello. Varios académicos y expertos han propuesto alternativas, pero han caído en saco roto: la empresa que impulsa el proyecto no está interesada en tomar otros rumbos más sostenibles, pero menos lucrativos.
    https://you.wemove.eu/campaigns/salvar-el-barranco-de-arguineguin-del-macroproyecto-hidroelectrico-de-chira-soria-save-the-ravine-of-arguineguin-from-the-macroproject-chira-soria-hydroelectric-project?utm_source=civimail-35280&utm_medium=email&utm_campaign=20210212_ES_2

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