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Pocas zonas verdes y alta densidad: no es lo mismo confinarse en Hospitalet que en Sant Cugat

Un análisis de las desigualdades en diferentes municipios catalanes demuestra cómo un confinamiento puede poner en peligro o agravar la salud de sus habitantes.
Ciudad de la Justicia en L’Hospitalet de Llobregat. Elvira Megías Foto: Hospitalet©Elvira-MegíasCMYK-1024×683

El confinamiento perimetral de fin de semana en Catalunya también ha sido un vector de desigualdades sociales, de salud y culturales durante la pandemia. La mayoría de las personas que trabajan entre semana solo pueden disfrutar del ocio, de la naturaleza, de la cultura o del descanso durante el fin de semana; pero, depende de donde vivas, el confinamiento municipal puede ser más duro o no tanto.

Si vives en un municipio pequeño, es difícil encontrar de todo dentro de los límites municipales del pueblo. Si vives en un municipio densamente muy poblado, no será fácil poner en práctica la distancia física para evitar contagios. Si vives en un municipio sin zonas verdes ni parques ni jardines, tu salud física y mental empeorará. Si vives en un municipio sin cine, teatros o restaurantes, tu derecho al ocio y a la cultura cae en picado. El confinamiento municipal, tal y como demuestran los gráficos y mapas elaborados por Storydata en este artículo, no es tan inocuo como se ha anunciado. 

Sant Cugat del Vallès y Girona, ambas gobernadas mayoritariamente por CiU en los últimos 20 años, son las ciudades con más metros cuadrados de zonas verdes en suelo urbano por habitante de Catalunya y, de hecho, son dos de las ciudades con una mayor renta per cápita entre las ciudades de más de 50.000 habitantes. No es lo mismo, por tanto, para la salud física y mental de una persona estar confinada durante el fin de semana en Sant Cugat que en L’Hospitalet de Llobregat o Santa Coloma de Gramenet. Los dos municipios de la periferia de Barcelona tienen una altísima densidad de habitantes por kilómetro cuadrado y los peores porcentajes de zonas verdes por habitante. Los fines de semana encerrados en Hospi o Santa Coloma, gobernados durante décadas por el PSC, implican moverse entre calles estrechas de bloques de edificios y asfalto por todas partes.

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Si vives en un municipio muy denso…

La densidad de población es un factor relevante al analizar los contagios por coronavirus. Una investigación del Hospital Clínic de Barcelona certifica que “la incidencia de la COVID-19 es superior cuanto más baja es la radiación solar y mayor es la densidad de población”, después de estudiar centenares de regiones de todo el mundo durante la primera ola del virus. A pesar de no ser la única causa, ya que también hay factores sanitarios, de edad o económicos, los datos demuestran que el coronavirus se ha cebado en los barrios más densos y pobres de toda Catalunya

España y Catalunya tienen una densidad demográfica mediana en relación con otros países de Europa, pero la cosa cambia si nos centramos solo en las ciudades. Un estudio del profesor de la Universidad de Sheffield Alasdair Rae demuestra que España –y también Catalunya– es uno de los países más densos de Europa si se dejan de lado los territorios poco poblados, como Escandinavia, cordilleras como los Alpes o las regiones vaciadas del interior de la península Ibérica. 

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L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona y Santa Coloma de Gramenet son las tres ciudades grandes más densas de toda Catalunya, seguidas de cerca por Badia del Vallès, Cornellà, Esplugues, Ripollet, Badalona o Castelldefels, entre otras. Fuera del área metropolitana de Barcelona, también destacan Premià de Mar, Mataró, Salt o algunos barrios de Igualada o de Figueres, todos ellos lugares donde el virus ha hecho estragos. 

El kilómetro cuadrado más denso de toda Europa está en Catalunya, en concreto, en el barrio de la Florida de L’Hospitalet de Llobregat, precisamente uno de los barrios con menos renta per cápita del país. La Florida, con una superficie de 0,38 kilómetros cuadrados y 28.083 habitantes, tiene una densidad de población de 77.745 habitantes/km², y el de Collblanc, con una extensión de 0,51 km² y 26.096 habitantes, ofrece una densidad de 51.169 habitantes/km². Según el anuario municipal, de los 9.487 hogares que hay en Torrassa, en 1.542 viven cinco o más personas; en la Florida, de las 9.979 viviendas registradas, en 1.736 conviven cinco o más personas, mientras que en Collblanc, de los 9.299 hogares, en 1.345 viven cinco o más personas.

GRÁFICO: LAURA NAVARRO

El mapa de la densidad de Barcelona por secciones censales muestra cómo, claramente, los barrios más empobrecidos de la ciudad son a la vez los barrios más densamente poblados. De hecho, ya sabemos que es en los barrios con peor renta per cápita de la ciudad donde la incidencia de contagios por coronavirus ha sido más alta tanto en la primera como en la segunda ola. Solo hay algunas excepciones, como las zonas más altas del distrito de Nou Barris, cercanas a Collserola, donde la densidad baja. La densidad es altísima en barrios como la Barcelona, el Raval, la Prosperitat, el Bon Pastor, la Sagrera o la Verneda y, en cambio, es muy baja en Sarrià, Pedralbes, Vallvidrera, Sant Gervasi, el Putxet o  Vallcarca.

Si vives en un municipio sin zonas verdes…

La Organización Mundial de la Salud recomienda que las ciudades tienen que disponer, al menos, de 10 a 15 metros cuadrados de área verde urbana por habitante. Sin embargo, se aconseja que esta relación pueda llegar a valores de 15 a 20 metros. En cambio, son muchos los municipios de Catalunya que no llegan al mínimo estipulado. En el 61% de los municipios sí se supera el valor de 20 metros cuadrados de zona verde por habitante, pero en el 17% (la mayoría, sin embargo, municipios muy poblados) encontramos déficits de zonas verdes. Este parámetro tiene en cuenta las zonas verdes dentro del núcleo habitado y, por tanto, no cuenta los parques naturales, campos de cultivo o las playas del entorno de los municipios.

Diversos estudios científicos, elaborados por centros de investigación universitarios y publicados en revistas como The Lancet, han confirmado en los últimos años que la existencia de zonas verdes, de parques y de bosques en el entorno urbano favorece la reducción del riesgo de obesidad, mejora la atención infantil, ralentiza el declive físico durante el envejecimiento, retrasa la menopausia e incluso salva a más mujeres de padecer un cáncer de mama. De hecho, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con una muestra de ocho millones de personas en siete países, por cada aumento del 2% de la vegetación a 500 metros de la vivienda de cada persona, se reduce un 4% su riesgo de morir prematuramente

Ciudades como Singapur, Breda u Oslo tienen un 25% de árboles plantados dentro de la ciudad y eso les aporta una mayor reducción de CO2, además de bajar las temperaturas en verano, protegerse de la radiación solar y de inundaciones por lluvias torrenciales o reducir la contaminación acústica, entre otros beneficios. Además, obviamente, la presencia de parques y de zonas verdes mejora la calidad del aire, fomenta la práctica de ejercicio físico y favorece la creación de vínculos sociales más fuertes entre el vecindario, lo que reduce el estrés crónico y mejora la salud en general.

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El déficit verde en las grandes ciudades hace, sin embargo, que centenares de miles de personas sufran sus consecuencias, ya que la falta de zonas verdes suele afectar más a los municipios más grandes que a los pequeños. Un estudio liderado por el Institut de Salut Global de Barcelona y el Servicio Forestal de Estados Unidos también muestra que las áreas con un nivel socioeconómico más bajo serían las más beneficiadas por un aumento de los espacios verdes: “Muchas de las muertes que se evitarían tendrían lugar en los barrios más pobres incluso con un incremento moderado de árboles”.

Si vives en un municipio a la vez denso y sin zonas verdes…

De los 23 municipios de toda Catalunya que tienen más de 50.000 habitantes, 10 tienen una superficie de zonas verdes en suelo urbano por habitante inferiores a 10 m²/hab. Además de L’Hospitalet y Santa Coloma, destacan en negativo los casos de Reus, Mataró y Sabadell. La ciudad de Barcelona, pese a la existencia de numerosos y conocidos parques urbanos, no tiene suficientes para su volumen de habitantes, a pesar de que cuenta, al menos dentro del término municipal, con cinco kilómetros de playa y el Parque Natural de Collserola.

El resto cumple el valor mínimo recomendable según la OMS: cinco municipios entre 10 y 15 m² SV/hab; cuatro entre 15 y 20 m² SV/hab, y tres superan los 20 -los ya mencionados Sant Cugat y Girona y, además, Cerdanyola del Vallès, que incluye toda Bellaterra-.

GRÁFICO: LAURA NAVARRO

Si filtramos por municipios de más de 10.000 habitantes, encontramos que Premià de Mar o Vilassar de Mar disponen de una densidad elevada y de una tasa de superficie verde dentro de la ciudad que apenas alcanza los 5 m² por habitante. Ahora mismo serían los tres peores municipios para estar confinados en cuanto a la mezcla de alta densidad y pocas zonas verdes. Dentro del área metropolitana de Barcelona, solo rompen la norma Sant Adrià de Besòs, que, aunque tiene una densidad de 9.800 habitantes por km², dispone de 16 m² de espacios verdes por persona, y Ripollet, con 8.700 habitantes, y también 16 m² de espacios verdes.

El mejor lugar del ránking de los municipios de más de 10.000 habitantes con más zona verde urbana por persona es Castellbisbal, 195 m², en el Vallès Occidental. Igualada, Mollet o Granollers mantienen cierta buena relación entre densidad y verde.

Los municipios con más pulmones están repartidos a lo largo de todo el territorio pero cumplen una condición: no superan los 25.000 habitantes. Por densidad, destacan Deltebre, Ripoll o Valls, que, a pesar de no superar los 500 hab/km², quedan muy lejos de disponer de los parques de otros municipios con la misma densidad como Tortosa o Mont-roig del Camp.

Hay que tener en cuenta que este valor solo es relevante en los municipios donde la población es más elevada y urbana, ya que el indicador muestra las zonas verdes en suelo urbano. Un municipio de 2.000 habitantes en Pallars puede no tener ningún metro cuadrado de zona verde urbana por habitante porque se encuentra inmerso dentro de un paraje natural donde las zonas verdes urbanas no son necesarias. Lo mismo sucede con los municipios rodeados por parques naturales, campos de cultivo o playas, por ejemplo.

Artículo publicado originalmente en elcritic.cat (info@elcritic.cat) el 3 de diciembre y, posteriormente, en el número 80 de la revista de La Marea. Puedes conseguir tu ejemplar aquí.

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