“Un punto crítico para los riesgos climáticos complejos e interconectados”. Así define el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) la región mediterránea. Según este documento, que resume toda la ciencia climática de los últimos años, los principales sectores económicos de la región –agricultura, pesca, silvicultura y turismo– son muy vulnerables a las amenazas climáticas.
En este sentido, las áreas de baja altitud situadas en la costa son especialmente vulnerables a los riesgos relacionados con el aumento del nivel del mar, la erosión y las inundaciones. Además, en líneas generales, las temperaturas extremas y la intensificación del régimen de sequías (un componente natural de los climas mediterráneos) se harán más frecuentes en el futuro.
Cuando se publican estos (demoledores) informes sobre la realidad climática y en los momentos puntuales en que los efectos de la crisis climática son más evidentes, algunos partidos políticos prometen grandes cambios para corregir el rumbo del clima. Otros, sin embargo, ignoran con insistencia las advertencias de la ciencia climática. Pero, a la hora de la verdad, ¿cuánta acción real en materia de mitigación y adaptación al cambio climático incorporan en sus programas electorales?
Con las elecciones municipales y autonómicas del domingo 28 de marzo en mente, recorreremos algunos puntos de la geografía española en busca de señales que cuenten hasta qué punto el cambio climático juega un papel importante en los comicios electorales. Para ello, nos alejamos de grandes ciudades con grandes presupuestos y analizamos cuáles son las propuestas para hacer frente a las olas de calor, a las inundaciones, a la subida del nivel del mar o a la sequía, desde las costas de Canarias hasta los campos de León.
El año ha empezado calentito en Córdoba. Literalmente. La ciudad andaluza ha registrado la que, por ahora, es la máxima temperatura alcanzada nunca en la Europa continental en un mes de abril: 38,8 ºC, un registro prácticamente imposible sin la influencia del cambio climático. El municipio vecino de Montoro también ostenta el récord histórico de temperatura máxima en España con los 47,6 ºC de agosto de 2021. Córdoba es una ciudad acostumbrada al calor que tendrá que aprender a convivir con temperaturas cada vez más altas en los próximos años. ¿Hasta qué punto se refleja esta realidad en las propuestas de los que aspiran a ser sus concejales en los próximos años?
En su programa electoral, el PP (partido que actualmente gobierna en la ciudad) tan solo incluye una medida en referencia a las altas temperaturas: reducir el efecto isla de calor con más zonas con vegetación y árboles, pavimentos más permeables y pérgolas solares. El PSOE, la segunda fuerza en la corporación, tiene como propuesta estrella de su programa la creación de una Agencia de Investigación Contra el Cambio Climático. Además, apuesta también por reducir el uso de materiales de construcción que conservan el calor en las calles y aumentar las zonas arboladas y de huertos urbanos.
Ciudadanos, tercera fuerza en el Ayuntamiento (aunque las encuestas no les auguran buenos resultados este 28M), también apuesta por incrementar sombras y crear lo que han bautizado como bosques climáticos, islas de arbolado en algunos puntos de la ciudad. Hacemos Córdoba, la gran coalición de izquierdas que reúne a Podemos, Izquierda Unida e Más País, entre otros, incluye en su programa el aumento de las zonas verdes en varios distritos y la creación de un cinturón verde alrededor de la ciudad. En cuanto a Vox, su programa no tiene apenas referencias ambientales, más allá de una promesa de recuperar el entorno del río Guadalquivir para el ocio y el deporte.
Aun así, más allá del aumento de sombras y los intentos para reducir el impacto de las altas temperaturas en las ciudades, llama la atención la ausencia de iniciativas que sí se han propuesto en otras localidades, como la creación de refugios climáticos, zonas que ofrecen condiciones ambientales benignas para protegerse de un contexto desfavorable, como las olas de calor. Estos refugios deben estar diseñados pensando, en especial, en la población más vulnerable.
El ascenso del nivel del mar no es el impacto del cambio climático que más se nota en el día a día. Sin embargo, en muchas localidades costeras sí se ha convertido en un problema del presente. En las islas Canarias, los municipios de Pájara y La Oliva, en Fuerteventura, son los que más afectados se están viendo y en los que se estima que el impacto será mayor a medio y largo plazo. Los tres partidos que actualmente forman el gobierno local de Pájara, Coalición Canaria, Partido Popular y Nueva Canarias, no mencionan ninguna medida específica en sus programas para hacer frente a los efectos de la subida del nivel del mar (como el aumento del riesgo de inundaciones o de la erosión costera). Tampoco lo hace el PSOE, único partido en la oposición en la actualidad.
En el municipio de La Oliva, gobernado por una coalición de cinco partidos (PSOE, PP, Gana Fuerteventura, Podemos y Nueva Canarias), la situación es similar. Ninguno de los partidos hace mención a compromisos ambientales concretos, más allá de apuestas vagas por la sostenibilidad. Algunos, como el PSOE y En Marcha, incluso llevan propuestas contrarias a lo que debería ser una política de adaptación ante la subida del nivel del mar, como la ampliación de los paseos marítimos de la localidad.
Hace menos de un año, los incendio se cebaron con la provincia de Zamora, una de las más despobladas de Europa. En el epicentro del más significativo de estos fuegos, el que arrasó más de 20.000 hectáreas de la Sierra de la Culebra (el gran refugio del lobo ibérico), está el pequeño municipio de Villardeciervos, de apenas medio centenar de habitantes. El PP controla el gobierno local, mientras que el PSOE es segunda fuerza y Ciudadanos tiene un único concejal. De cara al 28M, el Partido Popular local mantiene una distancia prudencial con la Junta de Castilla y León, controlada por el mismo partido en coalición con Vox, a la espera de que cumplan con las ayudas prometidas para la zona (cosa que todavía no ha sucedido).
En cuanto al PSOE, ha hecho bandera del despropósito de gestión forestal en la Sierra de la Culebra y la falta de ayudas para la recuperación del entorno, apoyándose en el creciente descontento vecinal. Aun así, no existen medidas concretas más allá de la creación de un plan de emergencia para reducir el impacto de los incendios. Otros partidos con presencia en la provincia, pero no en el municipio, como Zamora Sí, Podemos o Vox tampoco hacen ninguna propuesta concreta de adaptación a un nuevo escenario climático en el que los incendios serán cada vez más virulentos.
No lejos de Villardeciervos, la comarca de Tierra de Campos, que se extiende por las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León, representa cómo la intensa sequía que ha sufrido la península Ibérica en el último año ha puesto contra las cuerdas a las regiones agrícolas del país. Su economía se basa, casi por completo, en la agricultura y la ganadería y, en especial, en el cultivo de cereales como el trigo, la cebada y la avena. Para conocer cómo afrontan los candidatos municipales el problema de la falta de agua, vamos a Sahagún, una de las cabezas de la comarca, con cerca de 2.500 habitantes.
Allí, el debate gira no tanto alrededor de cómo adaptarse a una situación que será cada vez más habitual (todos los modelos científicos señalan un incremento de las condiciones naturales de sequía en el futuro de la península Ibérica), sino alrededor de cómo acceder a más recursos hídricos. Así, el PSOE hace hincapié en la expansión de regadíos bajo la etiqueta de “sostenible” (en Castilla y León han aumentado un 24% su extensión en la última década), mientras el PP critica la actualización insuficiente de los sistemas de riego. La agricultura es responsable en la actualidad del 80% del consumo de agua en España, según WWF. Los otros dos partidos que presentan candidatos en el municipio, Unión del Pueblo Leonés y Vox, no hacen mención específica en sus programas a la sequía.
El 9 de octubre, la localidad mallorquina de Sant Llorenç se convirtió en un río. Durante 15 minutos, sus calles soportaron un caudal de 442 metros cúbicos por segundo de agua, tanto como el río Ebro, según un estudio de 2020 de la Universitat de les Illes Balears (UIB). La riada, una de las peores que se recuerdan en el municipio, dejó centenares de edificios dañados y 13 muertos. Tal como señalan los investigadores de la UIB, la isla de Mallorca es una de las más susceptibles del Mediterráneo a sufrir inundaciones repentinas relacionadas con precipitaciones de alta intensidad, una situación que se está viendo agravada por el cambio climático.
En su programa general para las alcaldías de las islas, el PSOE lleva varias iniciativas para prevenir riesgos asociados a las inundaciones y mejorar la gestión de las aguas. Sin embargo, ni en Sant Llorenç ni en otros municipios cercanos como Manacor parece haber compromisos específicos para mitigar su impacto. El Partido Popular también lleva en su programa para las islas una revisión de las infraestructuras hídricas y la implementación de un sistema de alerta temprana para anticipar la formación de torrentes.
La referencia al impacto del cambio climático en la isla de Mallorca es escasa en los programas de otros partidos que se presentan a la municipales de Sant Llorenç y Manacor, como Podemos (en coalición con Esquerra Unida de les Illes Balears) y Més per Mallorca, más allá del compromiso con crear un plan de adaptación a los retos que el calentamiento global plantea en la isla.
Los impactos del ser humano en el medioambiente, y las consecuencias que estos tienen en la propia viabilidad a largo plazo de nuestras sociedades, van mucho más allá del cambio climático. La pérdida de biodiversidad, que amenaza la sostenibilidad de muchos de los servicios que nos prestan los ecosistemas, la deforestación o la contaminación directa del entorno son algunos de los problemas ambientales de mayor impacto. En pocos lugares los desafíos de la contaminación son más evidentes que en el Mar Menor, cuya famosa manga (el cordón litoral que separa la laguna costera del Mediterráneo) está repartida entre dos ayuntamientos: Cartagena y San Javier.
La contaminación que sufre el Mar Menor, y que ha llevado al límite a una de las mayores albuferas del Mediterráneo, está muy presente en los programas electorales de los partidos que aspiran a gobernar el municipio de San Javier. El PP, actualmente en el gobierno, centra sus propuestas en la mejora de la red de saneamiento y de aguas pluviales y en la recuperación del atractivo turístico de la Manga del Mar Menor. El PSOE, el segundo partido más votado en las anteriores elecciones, sí presenta un programa más amplio de medidas para conservar la albufera, como la renaturalización del entorno, la reducción a cero de los vertidos o el impulso a la agricultura sostenible.
Ciudadanos, tercera fuerza en la corporación actual, hace un llamamiento a reconocer el origen del problema (los vertidos urbanos, agrícolas y ganaderos) y a seguir el camino marcado por la Ley del Mar Menor para recuperar la albufera. Vox, por su parte, ha atacado esta ley desde su aprobación y ha prometido derogarla si llega al poder en Madrid. En su programa local para San Javier, sin embargo, no hay menciones a cómo solucionar los problemas del Mar Menor.
Por último, Podemos, Izquierda Unida y los Verdes, la coalición con menos representación en la corporación actual, sí incorpora medidas claras para acabar con la contaminación del Mar Menor y recuperar la laguna. Entre otras cosas, su programa plantea establecer una moratoria urbanística, el fomento de la agricultura ecológica para terminar con los vertidos de agroquímicos en la albufera y la redacción de un plan con el resto de municipios de la zona para recuperar el Mar Menor.
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la sequía o la lucha contra la contaminación se han ido abriendo paso en las agendas políticas de la mayoría de partidos que se presentan a las elecciones municipales (y autonómicas en Aragón, Asturias, Illes Balears, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, País Valencià, Extremadura, Comunidad de Madrid, La Rioja, Región de Murcia y Navarra).
Sin embargo, las referencias a los desafíos ambientales, sociales y económicos que surgen de nuestra tortuosa relación con nuestro entorno son testimoniales en la mayoría de programas electorales. En este sentido, SEO/BirdLife denunció a principios de semana el bajo perfil ambiental de las propuestas políticas para el 28M. Para la ONG, la conservación de la biodiversidad y la naturaleza, los incendios, la sequía, la contaminación atmosférica y de las aguas subterráneas o las energías renovables han quedado completamente fuera del debate político.
De acuerdo con la organización, se echan en falta propuestas legislativas a nivel autonómico (como leyes de Conservación de la Naturaleza y de Cambio Climático), planes de restauración de hábitats degradados o una estrategia para el avance responsable de las renovables. A nivel municipal, SEO/BirdLife considera que el debate debería centrarse en biodiversidad urbana, mitigación del cambio climático o la renaturalización de los espacios escolares y educativos, entre otros aspectos.
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