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Ante la emergencia climática, más educación ambiental

«La educación ambiental necesita urgentemente emprender transformaciones sociales y ambientales de gran calado, sin dejar a nadie en el camino».
Foto: Jesús de la Osa.

El cambio climático es el gran reto de la humanidad en los próximos años. Tenemos evidencias científicas para asegurar que este calentamiento global es real, está ocurriendo ya, los seres humanos somos los responsables y es malo para la salud humana y la biodiversidad. Pero hay esperanzas, y entre las herramientas con las que contamos se encuentra la Agenda 2030 de Naciones Unidas y sus 17  Objetivos de Desarrollo Sostenible, que posibilitan un acercamiento ante la emergencia climática, la necesidad de adoptar medidas urgentes ante esta situación y la educación ambiental.

La educación ambiental debe ser un proceso de construcción de conocimiento, de participación democrática, de cuestionamiento de actitudes y de adquisición de responsabilidades que desemboque en acciones transformadoras en el centro y en el entorno, donde todas las opiniones son estimadas y respetadas y las acciones transformadoras individuales y colectivas mejoran la calidad de vida de la sociedad.

Esta educación ambiental debe ser un servicio público que, ante la emergencia climática provocada por el cambio climático, necesita urgentemente emprender transformaciones sociales y ambientales de gran calado, necesariamente sin dejar a nadie en el camino, convirtiéndose en un catalizador social y cultural de la transición ecológica.

Estas conceptualizaciones incomodan a un sistema neoliberal que colabora con enfoques negacionistas o ultra-neo-liberales ante el cambio climático y que, de paso, ultraprecariza el sector de la educación ambiental.

Por tanto, resulta evidente que no existe una evolución hacia la acción; por ello son fundamentales procesos de capacitación y empoderamiento ciudadanos fundamentados en estudios científicos que adviertan que las decisiones individuales pueden ayudar a reducir los efectos del cambio climático, pero que solo las acciones colectivas transforman. Queda, pues, patente que la educación ambiental debe desempeñar un papel fundamental.

Ante esta emergencia climática necesitamos una educación ambiental empoderada y formada. Para ello, es necesario establecer líneas de colaboración con diferentes ámbitos como la salud, el periodismo (ambiental), la divulgación, la movilidad, la ciencia del cambio climático, etc., y que incluya a las personas vulnerables, que son las que más van a sufrir los efectos de la crisis climática.

Para lograr este empoderamiento es necesario contar con presupuestos adecuados para una educación ambiental de calidad. Es momento de exigir que el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PAEAS) que promueve el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se apruebe junto a un presupuesto ajustado a la realidad de la amenaza que supone la emergencia climática. Además, es necesario que su aprobación vincule a todos los ministerios para lo que entendemos que lo más adecuado sería la creación de un Comisionado de Educación Ambiental ante la Emergencia Climática. Por último, reclamamos la inclusión de una Competencia Ecosocial en el currículum educativo.

Daniel Rodrigo-Cano, Colectivo #EA26-Educación Ambiental

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COMENTARIOS

  1. Y es legítimo críticar el neoliberalismo y llenarse la boca de palabras de educación ambiental mientras llevamos a nuestros descendientes a jugar al golf? Deporte elitista donde los haya y antiecologico al máximo . La coherencia donde queda?

  2. #UnosMatices. Echo en falta una pequeña o disminuta referencia a las profes que estamos educando (desde hace unos cuantos años) para que la protección ambiebtal y la realidad del cambio climático entre en las aulas. Tampoco se ha hwcho refeencia alguna a las familias. La educación es mucho más que un plan consensuado. Hay que educar desde el ejemplo y no se debe olvidar que familias y docentes son los principales agente educativos.
    Se puede hablar de un modo de vida que preserve el medio ambiente si tanto la escuela como la familia inculcan ese valor con acciones cotidianas: consumo, desplazamientos, tiempo de ocio, deporte,…
    Y por último, señalar que esa transformación que pretendes, requiere de enormes dosis de cooperación y también de generosidad. No será suficiente con poder comunicativo y político.

  3. #UnosMatices. Echo en falta una pequeña o disminuta referencia a las profes que estamos educando (desde hace unos cuantos años) para que la protección ambiebtal y la realidad del cambio climático entren en las aulas. Tampoco se ha hecho refeencia alguna a las familias. La educación es mucho más que un plan consensuado. Hay que educar desde el ejemplo y no se debe olvidar que familias y docentes son los principales agente educativos.
    Se puede hablar de un modo de vida que preserve el medio ambiente si tanto la escuela como la familia promueven ese valor con acciones cotidianas: consumo, desplazamientos, tiempo de ocio, deporte,…
    Y por último, señalar que esa transformación que pretendes, requiere de enormes dosis de cooperación y también de generosidad. No será suficiente con poder comunicativo y político.

  4. Greenpeace: Lanzamos un nuevo proyecto educativo sobre biodiversidad para que los centros dispongan de materiales que respalden nuestro trabajo en la protección de ecosistemas. ¡Queremos crear con toda la comunidad escolar un catálogo de 1000 especies en peligro de extinción! Cada niña y cada niño es un altavoz para la defensa del medio ambiente en su casa, con sus amistades y su comunidad. Son nuestro futuro.
    https://es.greenpeace.org/es/que-puedes-hacer-tu/coles-por-greenpeace/?utm_term=boton&utm_campaign=General&utm_medium=email&_hsmi=99190365&_hsenc=p2ANqtz-8QCDp7ZdyItTv4YhSwSPBWPirCajeVIDEjEKjPlmhnAvOHRWev27abp17XuCDX0HfQaZy18BM36tUQteYoe07VMJtEIg&utm_content=newsletter06112020&utm_source=newsletter-socios

  5. La crueldad no es una fiesta
    Hay cosas que siguen costándome mucho comprender. No puedo aceptar que en centenares de pueblos de España se considere divertido perseguir, encender con fuego o arrastrar con una soga a toros de diferentes edades, incluso becerros. Dicen que es cultura, que es tradición… cualquier persona podría ver que ahí sólo hay violencia, agresión y crueldad.
    Desde AnimaNaturalis hemos investigado y documentado decenas de las más horribles fiestas que involucran sufrimiento animal. Apretando los dientes e incluso con lágrimas en los ojos, sostenemos la cámara para ser testigos de esa maldad y revelarlo al mundo. Nos golpearon, sí. Nos escupieron, amenazaron y agredieron. Sabemos que quien goza de la violencia hacia los animales, nunca cesa ahí.

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