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El lobby europeo de la CEOE, entre los que más presionan contra la acción climática

La patronal europea del automóvil, ACEA, es la peor valorada por el 'think tank' InfluenceMap.
Banderas frente al edificio de la Comsión Europea en Bruselas. Foto: Sébastien Bertrand/Flickr. Lic: CC BY 2.0 Foto: banderasUE

Cada vez hay más distancia entre las grandes patronales europeas y la urgencia de adoptar medidas climáticas ambiciosas. Es el principal resultado de un nuevo informe del think tank británico InfluenceMap, que ha evaluado a las ocho principales asociaciones empresariales presentes en Bruselas. La organización ha concluido que, a pesar de la preocupación de comunidad científica, políticos, sociedad civil, inversores, reguladores e incluso empresas individuales, los lobbies que actúan en el corazón de la UE siguen anclados en un modelo basado en retrasar la adopción de políticas que tengan alguna posibilidad de hacer que se cumplan los objetivos del Acuerdo de París.

A la cola de la clasificación están la patronal automovilística ACEA con 32 puntos sobre 100, y la “patronal de patronales”, BusinessEurope, de la cual forma parte la CEOE, y que obtiene 33 puntos. Estas dos organizaciones son además las que muestran más diferencia con la media de puntuación de sus organizaciones miembro. También destaca FuelsEurope, que recientemente se vio envuelta en la polémica del acceso de ExxonMobil al Parlamento Europeo, y que ha obtenido 37 puntos sobre 100.

ACEA, la asociación europea de fabricantes de vehículos, se ha opuesto “muy agresivamente” a que se impongan límites ambiciosos a las emisiones de CO2. Además, el informe también critica duramente a las patronales de las industrias del cemento, el acero, los metales y la industria química. Por otra parte, el think tank subraya el papel positivo de Eurelectric, la asociación europea de empresas eléctricas, que “se ha transformado en los últimos 3-5 años”.

En el informe se destaca que ninguno de los grupos analizados ha mostrado un apoyo explícito hacia un escenario sin emisiones en 2050 (como muy tarde). Además, revela que, a menudo, los lobbies realizan declaraciones de apoyo, pero después las matizan con “condiciones o advertencias” sobre las consecuencias de una mayor ambición. Esta es una táctica común para retrasar la acción climática, afirma InfluenceMap, de los grupos empresariales a nivel mundial.

Una batalla contra la ambición climática

En octubre de 2018, el Panel Internacional de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) publicó su histórico informe sobre Calentamiento Global de 1,5ºC. En él, el organismo científico de referencia (dependiente de la ONU) evaluó y condensó los hallazgos científicos de miles de estudios, y llegó a la conclusión de que, para evitar las consecuencias más catastróficas del cambio climático, se necesitan “intervenciones robustas, severas y urgentes en las políticas”.

Las instituciones de la UE han verbalizado en numerosas ocasiones su intención de que la Unión lidere la acción global contra el cambio climático. Ello supondría reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero más rápido que el resto del mundo. Para conseguirlo, la Comisión Europea, a propuesta del Parlamento y el Consejo, publicó el pasado noviembre un documento con ocho posibles hojas de ruta hacia un modelo bajo en emisiones, dos de las cuales suponen neutralizar el carbono para 2050.

En marzo, Estrasburgo ratificó su apoyo a esas dos hojas de ruta, y desde entonces la Comisión ha reconocido que los objetivos y estrategias actuales no son suficientes para cumplir con los objetivos marcados en el Acuerdo de París: es necesario aumentar la ambición.

Un diagnóstico preocupante

De los ocho lobbies estudiados, ninguno muestra un “apoyo a una politica ambiciosa y significativa”. Además, siete de los ocho presentan una postura de “creciente oposición”. Tan solo aprueba la patronal eléctrica Eurelectric, con una puntuación de 63 sobre 100, que además es la que más mejoría muestra desde 2015 (cuando obtuvo 51 puntos).

El informe señala que la organización peor puntuada, ACEA, estaría “activa y negativamente” realizando actividades de lobby para influir en las políticas climáticas, y “no parece haber apoyado una transición ambiciosa hacia una movilidad baja en carbono”. En vez de eso, ACEA habría instado a la Comisión a evitar “cargar al sector”. Entre 2015 y 2018, la patronal automovilística presionó contra el establecimiento de estándares de emisiones más altos para el sector del automóvil entre 2021 y 2030.

Por su parte, el think tank señala que BusinessEurope, asociación a la que pertenece la patronal española CEOE, se ha opuesto «de forma predominante» a la ambición política por el clima desde 2015. A pesar de presentar públicamente su apoyo a la acción global contra el cambio climático, comunicaciones internas, filtradas en septiembre de 2018, muestran una estrategia de «oposición continuada» al incremento de la ambición en el marco de los objetivos de la UE para 2030.

BusinessEurope también habría presionado «activamente» contra reformas ambiciosas del sistema de créditos de carbono de la Unión (EU ETS), además de haberse opuesto al establecimiento del objetivo de reducir emisiones un 35% para 2030. BusinessEurope no apoya los subsidios a las renovables, pidiendo en vez de ello soluciones «de mercado» en las que todas las energías estén en «igualdad de condiciones».

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