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Decrecer es compatible con generar empleos

Un informe elaborado por Anticapitalistas, Ecologistas en Acción y varios sindicatos insiste en que la transición ecosocial no está reñida con el mantenimiento y la creación de empleos.
Grúas de construcción. Foto: ÁLVARO MINGUITO

Hacer frente a la crisis climática de una manera justa no está reñido con el mantenimiento y la creación de empleos. Esta es la tesis principal de un informe elaborado por Anticapitalistas, la asociación Ecologistas en Acción y varios sindicatos –ELA, ESK, IAC, LAB y MATS– y presentado este martes. En él, incluyen medidas específicas para una transición ecológica distintas a las líneas de acción propuestas por el Gobierno en la recién aprobada Ley de Cambio Climático y Transición Energética y basadas en “soluciones ecosocialistas y democráticas frente a alternativas ecofascistas que discriminen a la población con menos recursos”.

El estudio también ofrece estimaciones sobre el número de empleos que podrían generarse de llevar a cabo “la transición ecológica real que se necesita”. Así, el informe se centra en cómo “producir menos y decrecer, es decir, reducir el conjunto de la esfera económica ampliando nuestra capacidad para vivir bien, que no es solo una capacidad económica, sino que también tiene que ver con recursos comunitarios, por ejemplo”, explica a Climática Juanjo Álvarez, coordinador del informe.

“No planteamos conservar empleos en términos de mantener horas de trabajo, sino que proponemos redistribuir el empleo”, señala, “y sobre todo redirigirlo hacia las tareas que son necesarias para la vida y para el conjunto de la sociedad”. Según su análisis, algunos empleos tendrán no tanto que eliminarse sino ser sustituidos por otros más necesarios.

Sectores estratégicos

En materia de energía, uno de los sectores con mayor peso en la transición ecológica, las formaciones ecologistas consideran que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para 2030 elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico es “insuficiente para lograr una economía de cero emisiones”. Así, proponen cerrar las nucleares y térmicas, y no aumentar la potencia eléctrica instalada, sino ir sustituyéndola por renovables, como la solar térmica o la biomasa. También apelan a la construcción de sistemas de almacenamiento y a la reducción de manera drástica del consumo en todos los sectores, especialmente aquellos más dependientes de combustibles fósiles, además de a la instalación de una nueva potencia renovable.

El estudio estima que, en términos de empleo, esto significaría la creación de entre 500.000 y 750.000 empleos directos, incluyendo los 100.000 generados en el desmantelamiento de las nucleares.

En lo que respecta al sector de la automoción, otro de los ejes claves en el estudio, las organizaciones proponen pasar de la producción de vehículos privados a la de vehículos colectivos. También contemplan la reducción del horario laboral con el objetivo de distribuir el trabajo de forma más equitativa. En definitiva, su idea es que el Gobierno apueste por un parque público de vehículos compartidos “que permita no perder ni un solo puesto de trabajo”, según explica Álvarez.

El informe apela a “la necesaria reconversión del modelo energético del sector en otro renovable, daría lugar a hasta 110.800 empleos“. Asimismo, el mantenimiento de los bosques –cuya masa forestal es una de las formas más eficaces de retener carbono en la tierra– podría generar casi 70.000 ofertas de trabajo; y la gestión de residuos urbanos generaría 41.895 puestos de trabajo.

El papel del turismo

El informe aborda también un sector tan relevante y cuestionado en los últimos tiempos como es el turismo. Según Juanjo Álvarez, “este sector tiene peso en el PIB a costa de una ingente explotación de recursos naturales y unas relaciones laborales que lo convierten en uno de los sectores más precarios del Estado: jornadas de trabajo sin límites y una temporalidad infame”.

El trabajo de las formaciones ecologistas propone para este ámbito introducir tasas turísticas que tengan carácter finalista pero que discriminen entre los consumos de lujo y que más impacto tienen y los más modestos. “A nadie hay que decirle que en un escenario de transformación ecosocial se acabaron sus vacaciones y va a tenerlas que pasar ese tiempo encerrado en su misma casa. Eso no es cierto”, señala Álvarez. “Lo que sí es cierto es que esa idea de turismo muy vinculada al avión, los viajes largos y al consumo masivo sí tiene que desaparecer y transformarse en un turismo mucho más cercano, en tiempos más largos y con consumos mucho más razonables y con trabajo garantizado”, añade.

Cuestionar la propiedad

El informe también pone el foco en la transferencia de la propiedad pública a la privada y el incremento del porcentaje de la gestión privada desde los años 90 como un lastre para una transición justa. “Eso se tiene que revertir”, dice Álvarez en referencia, precisamente, a una de las cuestiones que se plantean en las conclusiones políticas del estudio: “Nacionalizar, colectivizar, pasar a manos públicas; y no hablamos exclusivamente de propiedad estatal, sino también de propiedad comunal, de recuperar viejas fórmulas de gestión de bosques en términos colectivos, por ejemplo, como sí han seguido funcionando en algunos casos en Extremadura o Galicia”. El informe también alude a mecanismos similares en el abastecimiento de la energía o la garantía de vivienda a través de mecanismos de organización colectiva a pequeña escala o en forma de cooperativa.

Según el estudio, las medidas presentadas requieren inversiones “que se deben extraer de los enormes porcentajes de los presupuestos públicos que ahora se dedican a infraestructuras turísticas, transporte o finanzas privadas”. El informe termina aludiendo a que dicha inversión tendrá que venir acompañada de una reforma fiscal que grave a los sectores sociales privilegiados, “tanto por justicia económica como ambiental”.

La reducción de la jornada laboral que entró con fuerza en la agenda política y mediática hace unos meses, y cuya prueba piloto están probando algunas empresas, está muy presente a lo largo del estudio. Sin embargo, Juanjo Álvarez critica que “hasta ahora ha sido más un juego parlamentario que otra cosa, es decir, lo que el Gobierno ha planteado como reducción de la jornada laboral es un átomo de lo que era originalmente un piloto”.

A pesar de las promesas, “no hay una propuesta real, efectiva, de transformación del modelo laboral y de la jornada”, añade. “Uno de los objetivos del informe es plantear esto: lo que tenemos delante es una posibilidad de transformaciones que ya están estudiadas, que son eficientes y que tendrían un impacto en la reconfiguración del modelo laboral y del impacto ecológico“, concluye Álvarez.

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COMENTARIOS

  1. Así no:
    El valle de A Fueva (Huesca) se organiza en contra de la instalación de 418 hectáreas de placas solares
    Estos proyectos, denuncian desde la plataforma La Fueva no se Vende, no ofrecen beneficios a la zona e impedirían fijar población en una zona que ya sufrió un éxodo en los setenta con la construcción del embalse de Mediano.
    En Aragón cada día hay más pueblos rebeldes, más manifiestos, más recogidas de firmas, más acciones y personas en contra de la “invasión” de las renovables. El lema “renovables sí pero no así” también se ha materializado en A Fueva que como muchos otros municipios y comarcas han visto cómo la llamada energía verde podría hacer peligrar la biodiversidad y las posibilidades de frenar la despoblación de las zonas rurales.
    “Si vienen y dicen vamos a crear 20 puestos de trabajo pues los recibimos con los brazos abiertos porque es algo que va a repercutir en el municipio pero que te vengan a instalar 200 o 400 hectáreas de placas solares, es que no crea un solo puesto de trabajo”, de hecho el concejal señala que destruir el paisaje es destruir lo único que fija población.
    “Muchas de las personas que vinieron a vivir aquí fue por que les enamoró el valle, de hecho, el colegio está lleno gracias en parte a quienes han venido de fuera a vivir aquí, pero si en lugar de un valle verde te encuentras un pantano de placas solares ¿En qué momento decides que este es el sitio en el que quieres vivir? Realmente esto frena la llegada de nuevos vecinos y favorece la despoblación”.
    No, los pueblos de Aragón no son negacionistas del cambio climático. Buena cuenta de ello da el especial de AraInfo, ‘renovables sí, pero no así’ en el que se pueden encontrar varios estudios y noticias sobre cómo el greenwashing podría arruinar la biodiversidad aragonesa.
    https://arainfo.org/el-valle-de-a-fueva-se-organiza-en-contra-de-la-instalacion-de-418-hectareas-de-placas-solares/

    Demuestran en el Senado que los parques eólicos “causan despoblación mientras que la generación distribuida ofrece beneficios”
    A iniciativa de Teruel Existe, el geógrafo Sergi Saladié ha comparecido en el Senado para plantear un modelo de Transición ecológica que beneficie a los territorios y a sus habitantes. Saladié comparó ejemplos concretos: Wildpoldsried -Alemania- que con generación distribuida, 11 aerogeneradores y desarrollo integral de renovables, obtiene su energía local más 4,5 millones anuales, frente al ingreso de 250.000 euros de Batea -Catalunya- con 42 molinos.
    https://arainfo.org/demuestran-en-el-senado-que-los-parques-eolicos-causan-despoblacion-mientras-que-la-generacion-distribuida-ofrece-beneficios/

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