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Alicia Pérez-Porro, bióloga marina: «A las jóvenes les diría que se busquen un grupo de aliadas»

La coordinadora científica del CREAF y especialista en diplomacia climática señala que todavía hay mucho machismo en el ámbito científico que dificulta a las mujeres ascender.
Alicia Pérez-Porro en la Fletcher School of Law and Diplomacy, Medford, MA. Foto: Cedida por la entrevistada.

La ciencia ambiental tiene por delante retos titánicos en este momento como detener la pérdida de especies, reparar ecosistemas dañados por el uso excesivo de fertilizantes o frenar un calentamiento global desbocado. Ante esta situación, que la igualdad de género en el sector esté lejos de alcanzarse representa una pérdida de oportunidades: «Nos estamos tirando piedras encima de nuestro propio tejado por excluir a parte del 50% de los cerebros que podrían estar pensando en soluciones», señala la bióloga marina Alicia Pérez-Porro, coordinadora científica en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).

Doctora en Biología y máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia, Pérez-Porro cuenta con una brillante trayectoria profesional que se podría haber echado a perder si no se hubiese marchado cinco años a Harvard para realizar su investigación doctoral sobre esponjas marinas. Durante años, ha compaginado su carrera científica con cierto «activismo» feminista como presidenta de la Asociación de Científicos Españoles en EEUU y de la Red de Investigadores Españoles en el Exterior (RAICEX).

En 2018, participó en una de las mayores expediciones exclusivamente femeninas a la Antártida con el proyecto Homeward Bound y fue galardonada con la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española por sus esfuerzos en la defensa de la igualdad de género en la acción climática. Conversamos con ella con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora cada 11 de febrero.

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Las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas y representan el 33,3% de todas las personas que se dedican a la investigación, según la ONU. ¿Por qué cree que todavía existe esta brecha de género?

Porque el sistema no está diseñado para que nosotras juguemos. El mundo académico fue diseñado por hombres, principalmente blancos, y no está hecho para las mujeres o las minorías. No hemos codiseñado las reglas, puedes jugar un rato pero llega un momento en que es insostenible o te cansas.

Jóvenes investigadoras denuncian la dificultad de encontrar un trabajo fijo en España. ¿Esta precariedad laboral penaliza más a las mujeres que quieren tener hijos?

Puede ser. Pero este problema que describes es muy de aquí. Yo me he criado científicamente en Estados Unidos y allí no tienen el problema de precariedad que tiene el sistema de tecnología, ciencia y tecnología español. Penaliza que no esté contemplado que puedas tener un parón en tu carrera para la crianza. Pero también hay mujeres que no quieren o no pueden tener hijos y tienen problemas. No nos podemos anclar en que la maternidad es lo único que penaliza.

¿Qué otros factores penalizan a la mujer a la hora de ascender en su carrera científica?

Hay muchos micromachismos que pueden llegar a quemar mucho. Como que te sientes en una mesa y te ignoren mientras que tu compañero de tesis es escuchado. ¡O que te roben una idea! Si eres una mujer joven con ambiciones te frustra ver que tus colegas hombres que han entrado contigo van subiendo. Mi formación es de bióloga marina y he tenido compañeras a las que sus jefes no las han elegido para ir a hacer un muestreo buceando porque era muy duro y preferían a los hombres. Y resulta que de ese buceo han salido tres papers [publicaciones científicas] y un posible proyecto europeo…

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Estuvo cinco años investigando en Harvard. ¿Qué diferencias destacaría entre el modelo científico americano y el nuestro?

Creo que aquí hace falta más inversión pública y privada. También que los investigadores e investigadoras cambien el chip porque se vive mucho de la financiación pública y casi parece que la privada sea un pecado. En Estados Unidos el modelo es que dos tercios de la inversión es privada. Claro que también tienen una ley de mecenazgo que no tiene nada que ver con la nuestra… No son sistemas comparables porque juegan en ligas diferentes. Pero podemos aprender a tener un sentido más de construcción con gente que no hace investigación. Y a entender que solo con investigación no se aguanta un centro científico, también necesita gente de administración, técnicos, gestores y una estructura que hace que el sistema funcione. Aquí falta ese apoyo.

¿Cuál es su función como coordinadora científica del CREAF?

Me estoy centrando mucho en la parte de diplomacia científica y en la ciencia para las políticas públicas. Trabajo en la internacionalización, que no solo pasa por conseguir proyectos europeos o globales. En el contexto en el que yo trabajo de cambio climático y pérdida de biodiversidad, opino que como profesionales tenemos la responsabilidad de estar conectados con otros profesionales que se dediquen a esto desde otros ámbitos. Ejerzo de traductora con gobiernos locales, nacionales, empresas privadas u organizaciones intergubernamentales para que la ciencia pueda llegar a las mesas de toma de decisiones para informar.

Ha mencionado la pérdida de biodiversidad, ¿considera que se habla más del clima y se dedica menos espacio a informar sobre otros problemas globales?

Sí. Desde el CREAF trabajamos mucho en el nexo de ambas cosas, conectamos biodiversidad con cambio climático. La gente tiene una visión túnel con las emisiones de carbono. Pero, ¿qué vamos a comer? Comemos biodiversidad. ¿Qué vamos a beber? Bebemos agua limpia en parte gracias a la biodiversidad. ¡Y nosotros somos biodiversidad! Es un poco desesperante que no se entienda este vínculo. La gobernanza internacional de estos temas se ha trabajado siempre en silos. Ahora de repente nos estamos dando cuenta de que tenemos que mezclarlo todo porque hay muchas crisis que se tienen que atajar juntas.

«En las COP las que manejan el cotarro entre bambalinas son las mujeres»

Una parte de la ciudadanía está cansada de ver que en las Cumbres del Clima se alcanzan acuerdos poco ambiciosos o no vinculantes. Como experta en diplomacia defiende la necesidad de acudir a ellas, ¿por qué?

Soy muy defensora de que se tiene que ir a las COP. Tenemos que enterarnos de lo que se habla en esas cumbres porque tiene una repercusión en las políticas públicas que se van a diseñar, lo cual tiene una repercusión directa en las brechas de conocimiento que tenemos que llenar. No puede ser que el sector privado esté colonizando estas cumbres y que la ciencia no vaya para informar esos procesos. Están el IPCC y la IPBES, que son las organizaciones oficiales, pero eso no quita que deba haber más presencia y que la voz científica se oiga no solo en las negociaciones, sino en lo que llamamos track two de la diplomacia, en la conversación.

También es muy valioso ir para salir de tu burbuja y ver dónde tiene un impacto tu ciencia. A veces haces un paper y quieres que tenga impacto en la sociedad, pero para eso necesitas entender cómo hacer un policy brief con gente que se dedica a lo mismo que tú […]. Para una universidad o un centro de investigación es muy importante estar conectado en estos procesos multilaterales. Al final, ¿yo por qué trabajo en el CREAF? Porque quiero un futuro más sostenible para mis hijos y nietos. Si realmente tengo esta parte activista, no me puedo quedar únicamente con que la gente publique un paper. El conocimiento se tiene que mover por el mundo y sacar del ámbito científico porque nosotros no legislamos, legislan los gobiernos.

«Las sociedades más feministas son capaces de aprobar más leyes de protección del medioambiente»

Esperemos que les escuchen. Se acaba de confirmar que el mes pasado fue el mes de enero más cálido registrado y la temperatura media de la superficie marina también ha sido récord.

Sí. Me contaba mi primo hace unos días que la temperatura del agua del mar en el Empordà (Girona) era de 14 °C, lo que significa que en verano será puro caldo. Yo me he criado cogiendo erizos, y ya no los hay; sacando tomates de mar, que ya no hay; cazando pulpos, que tampoco hay; haciendo mejillonadas en casa… La biodiversidad marina se ve muy afectada por este calentamiento, mucha esta desapareciendo y otra se está moviendo al norte. Y hay muchas especies invasoras que entran por el Canal de Suez. Antes había una barrera de temperatura que se ha roto.

Pensemos también en otras consecuencias, como cuando tuvimos aquí la borrasca Gloria. Las barreras marinas para prevenir que las tormentas no arrasen las costas pasan también por la biodiversidad. Antes había unas praderas de posidonia que se aseguraban de que la arena se quedase donde estaba. Si tú acabas con la posidonia, la arena se va y entra la tormenta. La biodiversidad no solo es el pez que te comes, también es algo que tiene funciones ecosistémicas. Esto es un poco antropocéntrico, pero si sirve para que se conserve, veámoslo así.

Volviendo al tema del feminismo, las cumbres climáticas no son lugares donde brille la igualdad de género y en los últimos años se han celebrado en países hostiles para las mujeres. ¿Cómo las vive?

Las COP son muy machistas. Por suerte, tengo un grupo de amigas que nos vemos en cada COP y nos ayudamos muchísimo. A las jóvenes les diría que se busquen un grupo de aliadas. A veces te tienes que reunir con una persona árabe y no quiere hacerlo porque eres mujer… Hay mil situaciones así. Sin embargo, hay estudios que demuestran que las sociedades más feministas son capaces de aprobar más leyes de protección del medioambiente. Pensar en esto me ayuda cuando soy la única mujer en una mesa. Y, según mi experiencia, en las COP las que manejan el cotarro entre bambalinas son las mujeres. Aunque muchas no se vean en la foto oficial, ellas son clave en las negociaciones. Esto me da mucha esperanza.

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COMENTARIOS

  1. En EEUU de América, todo es privado.
    Es en ese salvaje liberalismo económico norteamericano dónde hacen sus fortunas los más grandes multimillonarios, los amos del mundo, y dónde se deciden las guerras, las invasiones, los expolios, el 95% de las injusticias mundiales.
    Los adelantos e inventos de la ciencia los compran esos multimillonarios para su beneficio personal y para el perjuicio del resto de los mortales.
    Aquí en España forman las Universidades Públicas y luego los licenciados se van a otros países dónde pagan mejor.
    Hemos cambiado valores por dinero.
    *********************************************
    Otro reto titánico: El desmesurado uso de plásticos de un sólo uso.
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  2. El Parlamento Europeo rechaza la minería submarina en el Ártico y pide una moratoria internacional.
    La resolución votada esta semana se aprobó con 523 votos a favor y 34 en contra.
    La decisión de Noruega pone en jaque este delicado ecosistema, pues además de comprometer los 280.000 km² demarcados para esta actividad destructiva, las nubes de sedimento se podrían desplazar cientos o miles de kilómetros, afectando a toda la columna de agua.
    La resolución manifiesta la preocupación por la apertura del Ártico a la explotación minera, y hace un llamamiento a la Comisión Europea y a los Estados miembro para que promuevan una moratoria internacional de la minería submarina, a pocos meses de que se celebre una asamblea clave en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, organismo responsable por la regulación de esta actividad.

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