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La policía británica detiene a centenares de activistas climáticos

Los manifestantes bloquearon depósitos de hidrocarburos por todo el país, impidiendo la entrada y salida de camiones. Piden al gobierno que detenga sus proyectos de gas y petróleo.
Activistas de Just Stop Oil impidiendo la salida de un camión de combustible, el pasado viernes en Essex. Foto: JUST STOP OIL

La policía de Warwickshire detuvo el pasado fin de semana en Essex, al este de Londres, a más de 200 activistas climáticos durante una acción en la que cortaron el paso a los camiones que trataban de salir de la Kingsbury Oil Terminal, el depósito de petróleo más grande del Reino Unido. Entre los arrestados se encuentran varios militantes de las organizaciones Extinction Rebellion, Just Stop Oil e Insulate Britain. En otras nueve plantas de todo el país se desarrollaron acciones similares.

Los manifestantes exigen al gobierno de Boris Johnson que detenga todos sus nuevos proyectos relacionados con el gas y el petróleo. Estos planes estatales, lejos de disminuir tras los diversos informes críticos publicados por el IPCC, han aumentado con el estallido de la guerra en Ucrania y la consiguiente subida de los precios. «La industria del petróleo y el gas tiene una prioridad y no es la crisis climática», explicaba durante las protestas Neil Rothnie, un activista escocés de 69 años, trabajador jubilado de una plataforma petrolífera. «Su prioridad tampoco es el futuro de los trabajadores del petróleo y el gas en el Mar del Norte. Y, desde luego, les importa muy poco que los pobres pasen frío. Su objetivo es sacar todo el gas y todo el petróleo que haya bajo el Mar del Norte. Y si tienen que tirar a la basura el clima, la economía y nuestras vidas… pues que así sea», añadió.

Las acciones ecologistas comenzaron el viernes a primera hora. Los activistas bloquearon carreteras y túneles y llegaron a penetrar en las instalaciones de Essex y a colocar sus pancartas en algunos de los 100 tanques de combustible de la planta. Además, se adhirieron con pegamento a la calzada, se amarraron a trípodes de bambú en los que quedaron suspendidos y se esposaron entre ellos y a bidones de petróleo.

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La policía británica detiene a centenares de activistas climáticos
Un activista suspendido en un trípode de bambú. Foto: EXTINCTION REBELLION

Militantes en primera línea

El movimiento climático en el Reino Unido está demostrando ser uno de los más activos del mundo. Entre sus recientes acciones de protesta, una de las que ha tenido más repercusión fue la protagonizada por Louis McKechnie, un joven estudiante de Ingeniería, en el estadio de Goodison Park. Este miembro de Just Stop Oil se ató por el cuello al poste de una portería durante el encuentro Everton-Newcastle. La imagen dio la vuelta al mundo y fue recogida por los medios de comunicación, la mayoría de las veces para señalar la extravagancia de la acción y burlarse del activista.

Las acciones del pasado fin de semana obligaron a ExxonMobil UK a cerrar cuatro de sus plantas en suelo británico. Cinco fuerzas policiales tuvieron que ser movilizadas para desmantelar las protestas. Los agentes han declarado que los arrestos vienen motivados por una gran variedad de infracciones, como la obstrucción de autovías, daños a la propiedad y allanamiento.

Un profesor de Ciencias Naturales de 25 años, Alex Heard, participó en las protestas impelido por la urgencia de la crisis climática. «He pasado a la acción porque me aterroriza el futuro al que tendrán que enfrentarse mis alumnos, mis amigos, mi familia y, en particular, mi hermano pequeño si no terminamos con nuestra dependencia de los combustibles fósiles», declaró. A su juicio, se trata de ahora o nunca. O la humanidad se desengancha radicalmente de los hidrocarburos o «se enfrentará a un cambio catastrófico más allá de nuestra comprensión». La poca relevancia que otorgan los medios de comunicación a la emergencia climática es otro motivo de angustia para militantes como Heard: «Quizás lo más alarmante sea que a la mayoría de las personas se las mantiene deliberadamente a oscuras, no son conscientes de la catástrofe inminente a la que nos enfrentamos. Seguimos, como de costumbre, caminando sonámbulos hacia el desastre».

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Nathan McGovern, otro joven activista de Just Stop Oil, acudió a los estudios de la emisora LBC para hablar de estas movilizaciones y realizó otro gesto contundente para concienciar a la audiencia sobre los peligros de la crisis climática: se pegó la mano al micrófono con pegamento. «Usted tiene una enorme plataforma y un micrófono que puede usar para contarle a la gente la situación, pero no lo está haciendo», le dijo al locutor Tom Swarbrick. «Personas normales como yo, que estamos luchando por nuestro futuro, tenemos que tomar el micrófono en una situación como la actual para contarle a la audiencia lo que está pasando porque la gente como usted no lo hace».

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