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Más de 300 líderes religiosos se alinean con la comunidad científica: se necesita más acción climática

Líderes religiosos organizan este jueves la mayor jornada de acción multiconfesional de la historia para pedir a políticos y bancos más ambición climatica.
Foto: simpatizantes religiosos apoyando una huelga estudiantil por el clima.

La crisis climática es uno de los grandes desafíos que tiene por delante la humanidad. Y, a pesar de la gravedad, las acciones están lejos de lo que realmente se necesita. Lo lleva años avisando la comunidad científica con escaso éxito puesto que los países no están haciendo lo suficiente. Ante este inmovilismo político, más de 300 líderes religiosos de 38 países organizan este jueves la mayor jornada de acción climática multiconfesional de la historia.

Las demandas, coordinadas por la Red Internacional GreenFaith, han sido presentadas en forma de declaración con vistas a la COP 26, la cumbre del clima que se celebra en noviembre. Piden a los gobiernos y a los instituciones financieras que pongan fin inmediatamente a su apoyo a las nuevas infraestructuras de combustibles fósiles y a la deforestación tropical. Asimismo, instan a que se comprometan a un acceso universal a la energía limpia y asequible, que promulguen políticas que creen empleos verdes y una transición justa para los trabajadores y las comunidades afectadas. Finalmente, piden que pongan en marcha políticas y financiación en apoyo a las personas que migran por cuestiones climáticas.

La declaración cuenta con el apoyo de más de 300 líderes religiosos de alto nivel, entre los que se encuentran el cardenal del Vaticano Peter Turkson, la escritora budista Joanna Macy, el erudito musulmán-estadounidense Imam Zaid Shakir, el secretario general del Consejo Africano de Líderes Religiosos, Dr. Francis Kuria, el ex arzobispo de Canterbury Rowan Williams, la Dra. Azza Karam y el rabino David Rosen, respectivamente secretario general y copresidente de Religiones por la Paz, y Swami Chidanad Saraswati, presidente de Parmarth Niketan.

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«Nuestras creencias nos obligan a salir de nuestras iglesias, mezquitas y templos e ir a las calles para hacer oír nuestras voces», afirma la líder laico católica Thea Ormerod, fundadora de la organización multiconfesional Australian Religious Response to Climate Change y socia fundadora de la Red. «Ninguna tradición religiosa bendice la destrucción de la naturaleza», recuerda.

Unidos frente a la inacción climática

Las acciones de apoyo a las demandas tendrán lugar en cerca de cuarenta países, entre ellos Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, Francia, Indonesia, India, Kenia, Nigeria, Reino Unido, Sudáfrica y Vanuatu. No así en España, cuyas organizaciones religiosas no están abordando la crisis climática como en otras partes del mundo.

«Después de décadas de saber lo grave que es este problema, esta brecha entre lo que se necesita y lo que está sucediendo es moralmente reprobable», se queja la doctora Arianne van Andel, coordinadora de la Alianza Interreligiosa y Espiritual por el Clima de Chile.

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Los miembros de la Red Internacional de Greenfaith denuncian que mientras la pandemia del COVID-19 ha costado a millones de personas sus puestos de trabajo y su salud, la industria de los combustibles fósiles se ha asegurado miles de millones de dólares de financiación en la recuperación poscovid, al tiempo que ha presionado para debilitar las protecciones climáticas y medioambientales.

En cuanto a las acciones previstas para hoy, en toda Australia las iglesias tocarán sus campanas y los templos budistas harán sonar sus gongs ceremoniales, con una acción pública frente al Parlamento en la que se pedirá al gobierno que ponga fin al desarrollo del carbón y se comprometa a lograr las emisiones netas cero para 2030.

También en Santiago y todo Chile, donde las iglesias católicas y protestantes, junto con los templos bahá’ís y budistas, harán sonar sus campanas mientras piden a su gobierno que ponga fin a la represión de las protestas climáticas y medioambientales.

En Minnesota, Estados Unidos, más de 200 clérigos y personas de fe se movilizarán en el río Misisipi para pedir al presidente Joe Biden que rechace el proyecto de oleoducto de la Línea 3, el oleoducto Dakota Access y otros proyectos de combustibles fósiles.

En Nairobi, un grupo de jóvenes multirreligiosos plantará 1.000 árboles y pedirá públicamente al Ministro de Energía de Kenia que ponga fin a la exploración de combustibles fósiles a nivel nacional.

Cada vez más líderes religiosos frente al cambio climático

Poco a poco, las instituciones religiosas están adoptando cada vez más una postura más firme sobre la crisis climática. El propio Papa Francisco ha sido un partidario vehemente de la acción climática urgente, al igual que el Dalai Lama. En 2015, los líderes islámicos pidieron que se eliminaran los combustibles fósiles. 

En este sentido, diversas instituciones religiosas también están poniendo en práctica lo que reclaman a los políticos. Recientemente, en noviembre de 2020, 42 instituciones multiconfesionales de 14 países anunciaron su compromiso de desinversión. Actualmente, más de 350 de los 1.400 compromisos de desinversión en todo el mundo proceden de instituciones religiosas.

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COMENTARIOS

  1. Que tengan la honestidad de denunciar a la dictadura capitalista como responsable del caos mundial, en el clima, en los derechos y las libertades del ser humano, en la ausencia de valores….
    Todos estos líderes se sienten cómodos instalados en esta dictadura.
    ———————————————————-
    La petrolera francesa Total quiere perforar para obtener gas fósil en el Ártico. ¡Y además de eso, quieren que el contribuyente pague por ello! El gobierno francés está considerando ahora seriamente financiar estos planes destructivos, pero los acuerdos se están haciendo en las sombras. Sólo poniendo el foco en su hipocresía podemos preocuparlos por perder su reputación “verde” y evitar que el proyecto de gas fósil del Ártico obtenga financiación pública.La petrolera francesa Total quiere perforar para obtener gas fósil en el Ártico. ¡Y además de eso, quieren que el contribuyente pague por ello! El gobierno francés está considerando ahora seriamente financiar estos planes destructivos, pero los acuerdos se están haciendo en las sombras. Sólo poniendo el foco en su hipocresía podemos preocuparlos por perder su reputación “verde” y evitar que el proyecto de gas fósil del Ártico obtenga financiación pública. Debemos poner al gobierno francés bajo presión internacional.
    https://act.350.org/sign/protect-arctic-from-fossil-gas-drilling/?akid=142697.3178809.LPJTam&rd=1&t=3

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