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El calor y los incendios devastan el Mediterráneo oriental

En Grecia y Turquía se han declarado más de 300 focos en las últimas horas. El viento está multiplicando el efecto destructor de este fenómeno extremo, que especialistas no dudan en asociar con el cambio climático.
Los bomberos intentan apagar un fuego en el barrio de Varympompi, al norte de Atenas. Foto: Aris Oikonomou/Hans Lucas

Grecia se enfrenta la peor ola de calor de los últimos 40 años. En la ciudad de Argos se han alcanzado los 46,3 ºC. En la localidad de Langadas se han superado los 47 ºC. Según una medición de la Agencia Espacial Europea, la temperatura del suelo en Turquía y Chipre supera los 50 ºC. Este calor ha evaporado casi toda el agua del terreno, lo que combinado con matorrales, ramas y hojas secas ha convertido el este del Mediterráneo en una bomba incendiaria. Sólo en Grecia, el miércoles se declararon 118 incendios forestales. En Turquía, en los últimos días, suman más de 180. El humo es visible en las imágenes por satélite. Muchos resorts de la costa griega y turca tuvieron que ser evacuados por el avance de las llamas.

Los bomberos griegos tratan de atajar el fuego que en estos momentos amenaza el sitio arqueológico de Olimpia, donde se desarrollaban los Juegos Olímpicos en la Antigüedad. Una de las zonas más afectadas del país es la isla de Eubea, donde 85 personas tuvieron que ser evacuadas en botes desde la misma playa, que estaba cercada por el incendio. En la misma localidad, los monjes ortodoxos del monasterio de San David se negaron a abandonar el lugar, pero la policía procedió a sacarlos a la fuerza ante la imparable acometida del fuego. Además, el fuerte viento y la escarpada orografía de la isla están dificultando enormemente las labores de extinción. “Y lo más duro está por llegar”, advirtió el viceministro griego de Protección civil, Nikos Hardalias. “Ya no hablamos de cambio climático, sino de amenaza climática”.

Las autoridades griegas han instado a la ciudadanía a limpiar el perímetro de sus casas de ramas y hojas secas para no favorecer la expansión de los incendios. En Atenas, además, han recomendado a la gente que permanezca en sus casas o que utilicen mascarillas para protegerse del humo y de las partículas. Allí, el fuego se ha detenido en la periferia de la ciudad, después de haber consumido 1.250 hectáreas de pinares en el monte Parnés.

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Varios países de la Unión Europea, entre ellos España, están colaborando en la extinción de estos incendios con el envío de aviones, helicópteros y efectivos sobre el terreno.

El presidente español, Pedro Sánchez, recalcó que la tragedia que viven Grecia y Turquía se debe al “cambio climático” y que “solo actuando unidos y con ambición podremos frenarlo”. Su declaración llega la misma semana en que se ha acordado la ampliación del aeropuerto de El Prat (Barcelona), que contribuirá a la llegada de 17 millones de nuevos pasajeros al año, con su correspondiente emisión de gases de efecto invernadero.

El calentamiento global provocado por estos gases es una pieza clave en el desarrollo y la multiplicación de los incendios. Científicos de la Universidad de Lleida demostraron la importancia de la evaporación del agua en el terreno, a causa de las altas temperaturas, y los consiguientes siniestros provocados por el fuego. Con las olas de calor, el aire se vuelve más seco a medida que se calienta y, por tanto, hace que se evapore más agua del combustible.

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El Mediterráneo es, además, un terreno abonado para este tipo de fenómenos, ya que es una de las zonas del mundo que más rápido se está calentando: hasta un 20% más que la media mundial.

No solo el Mediterráneo: fenómenos extremos en todo el planeta

No se trata sólo del Mediterráneo. El inicio del verano se ha visto marcado por la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo. Empezó con una ola de calor en Canadá que dejó un saldo de más de 700 personas muertas. En los estados de California y Oregón se declararon más de 80 incendios a la vez. Ayer mismo fueron evacuadas 2.000 personas al norte de California por el avance de un fuego que está arrasando los bosques de la zona desde mediados de julio. En cuanto a incendios, 2020 fue el peor año en la historia de California… hasta 2021, ya que este año se ha triplicado el área de bosques arrasados por el fuego. Hawái también está viviendo el peor episodio de incendios de su historia. Por su parte, Alemania y Bélgica han vivido inundaciones que se han cobrado la vida de más de 200 personas. El fenómeno se ha repetido, con desigual intensidad, en China, la India, Nueva Zelanda, Italia, Reino Unido y el nordeste de EEUU. En Siberia se han consumido más de 1 millón y medio de hectáreas de bosque y matorral a causa de un megaincendio imparable.

“El clima está dopado por los gases de efecto invernadero que estamos emitiendo sin descanso. Y en un clima dopado, los fenómenos meteorológicos extremos son más frecuentes. Es algo que estamos empezando a observar claramente ahora pero que ya había sido pronosticado, hace 30 años, en el primer informe del IPCC”, ha explicado Jean-Pascal van Ypersele, climatólogo de la Universidad de Lovaina, a la cadena France Info.

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