Las condiciones meteorológicas que se viven en los últimos días en algunas zonas de Europa están favoreciendo la propagación de incendios forestales. La ola de calor y la sequedad extrema ya han causado estragos en numerosos puntos, con la zona Mediterránea como principal afectada. Tras los fuegos en Grecia, Turquía, Italia y Argelia, este martes unas 7.000 personas tuvieron que ser evacuadas en la localidad de Saint-Tropez, en la Costa Azul francesa. Allí, el fuego ha avanzado a gran velocidad debido a los fuertes vientos y a la sequía.
En el departamento francés de Var varios fuegos siguen activos este miércoles y aunque las llamas no han continuado avanzando, las autoridades francesas no dan el incendio por controlado. Según las imágenes satelitales del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, unas 4.500 hectáreas de vegetación se han visto afectadas. La Prefectura de Var también ha confirmado la muerte de un hombre en su domicilio en Grimaud después de que el incendio pasase por este pueblo, donde también se ha notificado la desaparición de una mujer. Allí, el Ayuntamiento ha habilitado una unidad de atención psicológica para las víctimas. Una veintena de personas y cinco bomberos también han resultado levemente heridos.
Además, según informó este martes la subdirectora de la Oficina Francesa de Biodiversidad, Concha Agero, “la mitad de la reserva natural de Plain des Maures ha quedado devastada”.
El incendio forestal que comenzó el pasado sábado entre los municipios abulenses de Navalacruz y Cepeda de la Mora ya ha calcinado más de 22.700 hectáreas de vegetación y 20 kilómetros de carreteras, según los datos del sistema Copernicus, y se encuentra estabilizado. Al no haber ya riesgo para la población, las más de mil personas que tuvieron que ser desalojadas en las localidades de la zona han podido regresar a sus casas.
Todavía preocupa el incendio que se declaró este martes en el municipio de El Paso en la isla de La Palma, en una zona urbana agrícola. Las altas temperaturas que registra Canarias en las últimas horas y los fuertes vientos han favorecido que este se reprodujera y llegase hasta el sur de la isla, en la que han sido evacuadas más de un centenar de personas.
La rápida propagación de los incendios está relacionada con el calor extremo. Desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM) explican que “agosto es típicamente caluroso y seco en la región mediterránea”. Pero “las temperaturas presenciadas este verano son extremas y típicas de lo que esperamos del cambio climático“, añaden. Este organismo está tratando de verificar una temperatura reportada de 48,8 °C en Sicilia, Italia, el pasado 11 de agosto para establecer si se trata de un nuevo récord de temperatura para Europa continental.
En España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) notificó este lunes la temperatura más alta registrada en España: 47,4 ºC marcó el termómetro el pasado 14 de agosto en Montoro, Córdoba.
Otras partes del mundo también han registrado un calor sin precedentes este verano. Es el caso de Canadá, que, junto a Estados Unidos, vivieron una ola de calor a finales de junio 150 veces más probable por el cambio climático.
El recientemente publicado Sexto Informe de Evaluación del IPCC establece que los eventos de altas temperaturas son más frecuentes y severos por el cambio climático, una tendencia que continuará en el futuro. Según este panel de especialista de la ONU, la temperatura en la zona mediterránea, tanto en Europa como en el norte de África, ha aumentado más que la media mundial.
No es posible saber cuándo, pero la OMM ya avisa: Europa deberá prepararse para que se rompan más récords con temperaturas superiores a 50 °C en el futuro.
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Falta contrastada de mantenimiento jardinero y forestal en muchas de las zonas verdes de la ciudad de Madrid.
Los incendios en las zonas verdes de la ciudad de Madrid, que se producen en verano, como consecuencia de la falta de mantenimiento, son inaceptables.
(El pasado 18 de julio, de madrugada, se produjo un grave incendio forestal en la Dehesa de la Villa. El incendio calcinó centenares de árboles, arbustos y montones de ramas que todavía permanecían en el parque desde la nevada de Filomena, el invierno pasado. Al día siguiente, 19 de julio, el fuego, al parecer, se reavivó de nuevo, quemando herbazales y arbustos, ocasionando daños cuantiosos incluso en algunos edificios de la Ciudad Universitaria. En total mas de 10 hectáreas (100.000 metros cuadrados) que han perdido sus árboles, arbustos y rica biodiversidad)
.Parte de los terrenos de este parque son de gestión municipal, el ayuntamiento de la capital se ha apresurado a decir que solo 2.500 metros cuadrados, correspondientes al incendio pertenecen a su responsabilidad. El resto de la superficie de este pulmón verde son mantenidos por el consorcio de la Ciudad Universitaria, en el que están presentes la Universidad Complutense, la Politécnica, la UNED y el Ayuntamiento de Madrid.
Mas allá de las responsabilidades concretas y de la posibilidad de que el fuego fuera provocado, es inaceptable que se produzcan incendios de estas características por la falta contrastada de mantenimiento jardinero y forestal en muchas de las zonas verdes de la ciudad.