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El grupo de especialistas que asesora a Bruselas sobre la taxonomía verde es contrario a incluir el gas y la nuclear

La Plataforma de Finanzas Sostenibles muestras sus reservas con la propuesta de la Comisión Europea. España, junto a tres otros tres países, mandaron este jueves una carta pidiendo excluir ambas energías. Este viernes termina el periodo de consulta con muchas críticas.
Protesta en Alemania contra la propuesta de incluir al gas y la nuclear en la taxonomía verde. Foto: REUTERS/Kai Pfaffenbach

Cada día que pasa, la Comisión Europea (CE) encuentra más rechazo a su propuesta –publicada en vísperas de Año Nuevo– de incluir la energía nuclear y el gas fósil en la taxonomía verde, un sistema de clasificación que establece la lista de actividades económicas “ambientalmente sostenibles” de cara a inversiones del sector privado. 

En el caso de la nuclear, según los planes de la CE, obtendrían el sello de sostenibles aquellas centrales con permisos de construcción fechado antes de 2045. En cuanto al gas, se le otorgaría el distintivo verde a las plantas que emitan una cantidad inferior a 270 gramos de CO2 equivalente (CO2e) por kilovatio-hora. También si reemplazan una planta de combustibles fósiles más contaminante y si reciben un permiso de construcción antes del 31 de diciembre de 2030.

La Plataforma de Finanzas Sostenibles, compuesta por un grupo de especialistas que ha ayudado a asesorar sobre la taxonomía, ha sido una de las últimas en mostrar su rechazo a la iniciativa. Aunque aún no es pública su postura, unos documentos a los que han tenido acceso Bloomberg y otros medios señalan que este panel –formado por empresas como Iberdrola, organismos europeos, organizaciones ambientales– recomendará a la Comisión que abandone el plan para conceder la etiqueta verde al gas y la energía nuclear.

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En el borrador, sujeto a cambios, ponen de manifiesto su preocupación por el hecho de que los criterios establecidos para las nuevas centrales nucleares no tratan adecuadamente el impacto medioambiental de los residuos. Critican que las objetivos en torno al gas se basen demasiado en la promesa de hacer que esos combustibles sean ecológicos en el futuro, en lugar de analizar su impacto actual. Asimismo, consideran que no ayudará a la UE a alcanzar su objetivo de emisiones netas cero –neutralidad climática– para 2050.

Este grupo es uno de los dos a los que la Comisión Europea ha consultado para conocer su opinión en un proceso que finaliza este viernes, 21 de enero. Si bien la opinión de ambos no es vinculante, supondría un descrédito importante a la taxonomía. Una vez finalizado el tiempo de consulta, la intención del gobierno comunitario es adoptar “lo antes posible” el Acto Delegado Complementario –es decir, la propuesta–, presumiblemente antes de que termine enero. 

Superado este trámite, el borrador es el definitivo. Posteriormente, el Parlamento Europeo y el Consejo dispondrán de cuatro meses (más dos adicionales si lo piden) para examinar el documento y, en caso de que lo consideren necesario, presentar objeciones al mismo. El Consejo tendrá derecho a oponerse a la inclusión del gas y la nuclear si reúne al menos a 20 Estados miembros que representen al menos el 65% de la población de la UE. Por su parte, el Parlamento Europeo puede hacer lo propio si logra mayoría en el Pleno, es decir, 353 diputados y diputadas en contra del Acto Delegado Complementario. Si finalmente nadie se opone, y transcurrido ese plazo, la nuclear y el gas fósil entrarán oficialmente en la lista de inversiones sostenibles de la UE.

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España lidera la oposición al gas y la nuclear en la taxonomía

Por ahora, todo apunta a que la propuesta de la presidenta de la Comisión saldrá adelante al no haber suficientes Estados en contra. El bloque contrario a la etiqueta verde para el gas y la nuclear lo lidera desde el principio España. Este mismo jueves, se hizo pública una carta conjunta con Austria, Dinamarca y Luxemburgo en la que ven “problemático” y “un paso atrás” el borrador, tanto “desde un punto de vista político como técnico”. Recuerdan que de añadir a ambas energías en la taxonomía les daría “de facto el mismo tratamiento que a tecnologías incuestionablemente verdes, como la eólica y la solar”.

La carta se ha enviado en la previa del Consejo informal de Medio Ambiente y Energía de la UE que se celebra este fin de semana en Amiens, Francia. A su llegada, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, insistió en que “ni el gas ni la nuclear cumplen los criterios científicos y legales para ser consideradas sostenibles”.

Austria y Luxemburgo, además, planean ir más allá y han anunciado que acudirán al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) si ambas fuentes de energía son calificadas de sostenibles.

Al otro lado de este debate está Francia, principal defensora de las nucleares –en torno al 75% de la electricidad del país proviene de esta fuente–, que cuenta con el respaldo de una docena de países. Luego está Alemania, que rechaza la nuclear pero está a favor darle la etiqueta verde al gas.

La propuesta de la Comisión ha recibido desde el principio el rechazo de la sociedad civil, así como de muchos gobiernos y actores dentro de la Unión Europea. Eurodiputados de todos los grupos están molestos por dejarles de lado en la elaboración del documento, como publica este viernes Euractiv. Para intentar democratizar este proceso, muchos contrarios a la taxonomía pedían una consulta pública sobre la propuesta. Sin embargo, tal y como confirma a Climática, esta idea no la contempla la CE, que defiende que “las cuestiones relevantes sobre el gas natural y la energía nuclear en relación con la taxonomía han sido de dominio público desde 2020”.

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COMENTARIOS

  1. Palomares: continua la contaminación y se sigue sin hacer nada
    El 17 de enero de 1966, cayeron sobre Palomares cuatro bombas nucleares de las que dos reventaron y esparcieron por la zona los nueve kilos de plutonio que contenían.
    Se cumplen por tanto, 56 años del accidente y desde entonces se están investigando las consecuencias de la radiactividad pero sin adoptar ninguna medida paliativa.
    El peligro actual consiste en que el plutonio se está transformando en americio. El plutonio emite radiaciones alfa que no atraviesan la piel, por lo que el único peligro es ingerir o inhalar alguna partícula, pero el plutonio se está transformando en americio que emite radiaciones gamma, que si atraviesan el cuerpo humano. Ahora es peligroso acercarse a la valla de los terrenos contaminados porque la radiación del americio alcanza a los transeúntes que se aproximen.
    Pero no sólo está en la zona vallada, también hay americio fuera, en concreto en la acera de los números impares de la calle Diseminado la Punta, donde hay 400 bequereles de americio según un reciente análisis de un laboratorio de Zúrich. Cada vez que un transeúnte pasa por la acera recibe una radiación equivalente a una radiografía de tórax. Las autoridades deberían ,entregar dosímetros a la población para saber exactamente la radiación que están recibiendo.
    Ante este estado de cosas, si el Tribunal Supremo no obliga al CSN a ordenar la limpieza de Palomares, Ecologistas en Acción acudirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, con la finalidad de que se obligue desde las instancias europeas a hacer dicha limpieza.

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