«La vida, la vida, antes que el capital. Fuera, fuera, las fósiles de la universidad». Con estos cánticos ha empezado una nueva acción de ocupación de End Fossil Barcelona en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Una treintena de estudiantes han plantado sus tiendas de campaña en la plaza cívica del campus de Bellaterra este martes para visibilizar su petición: que las empresas que comercializan y financian los combustibles fósiles no tengan presencia en las universidades públicas. Indican que pernoctarán en el campus hasta que consigan hablar con el rector y que esta universidad implante una asignatura de crisis ecosocial obligatoria en todos los grados.
El colectivo @EndFossilBCN ocupa la Universitat Autònoma de Barcelona para pedir una asignatura de crisis ecosocial y más financiación a la Generalitat.
— Climática (@LMClimatica) May 2, 2023
“Si hubiese más financiación pública no tendrían que entrar actores como el Santander”, señalan.https://t.co/DAJdESzfGa pic.twitter.com/PadYnX1BqE
«Queremos conseguir una asignatura de crisis ecosocial como ya conseguimos el año pasado en la Universitat de Barcelona. Esta asignatura queremos que prepare a los estudiantes para vivir en el mundo actual y en el que viviremos. Esto implica hablar de las causas y las consecuencias de la crisis climática y de los límites planetarios, hablar de sostenibilidad y explicar que estamos viviendo por encima de nuestros límites, y no hablar de la sostenibilidad que nos vende el capitalismo y que no es sostenibilidad», señala Sara Santana, miembro de End Fossil Barcelona.
El colectivo ya está trabajando en la materia junto a una comisión de profesorado para que la asignatura sea una realidad en la Universitat de Barcelona, centro que ya fue objeto de su primera ocupación el año pasado, y quieren que esté disponible en todas las universidades de Catalunya.
Los estudiantes han montado tiendas de campaña y mesas alrededor de la plaza cívica de Bellaterra y aseguran que tienen intención de pernoctar en el campus varios días hasta que puedan negociar con el rector, Javier Lafuente. «Queremos negociar con el rectorado y estaremos aquí hasta que sea necesario», ha asegurado Santana. Miembros de seguridad han observado la acción sin interferir en ella. Entre los manifestantes también se encuentran miembros de Degrowth in Action, colectivo que reivindica la necesidad de un decrecimiento económico.
Tras montar las tiendas y leer un manifiesto con sus reivindicaciones, los estudiantes han pasado a buscar espacios con sombra para conversar. El termómetro marca 29 grados en el campus y el sol aprieta este dos de mayo. Durante los días que estén ocupando el espacio tienen previsto ofrecer charlas y compartir experiencias con otros alumnos del centro.
«Las universidades son un espacio muy importante para impulsar una transformación social que necesitamos y estamos aquí porque ahora la universidad no está a la altura del tiempo en el que vivimos», opina Anna Sach, estudiante alemana del máster en Estudios Interdisciplinarios en Sostenibilidad Ambiental, Económica y Social de la UAB, que no ha dudado en sumarse a la ocupación.
Paralelamente, el movimiento estudiantil ha enviado una carta con sus demandas a consejería de Universidades de la Generalitat y a los rectores de las distintas universidades públicas. «Queremos que pongan voluntad política para realizar cambios que necesitamos», indica Elena Isidro, estudiante de Ecología de la UB y miembro de End Fossil.
End Fossil reclama más financiación pública para la educación superior. «Si la universidad tuviese más financiación no tendrían que entrar actores como el Santander para poner dinero. Queremos más presupuesto para la universidad y que esto permita también bajar las tasas», ha afirmado Isidro. «No tiene ningún sentido que el Banco Santander esté aquí, es el principal inversor en la industria fósil que hay en España» ha añadido Sara Santana. El colectivo denuncia que el banco Santander se encuentra en todas las universidades españolas y que ha financiado los combustibles fósiles con 51.168,03 millones de dólares entre 2016 y 2022, según el informe Banking on Climate Chaos. La activista también ha lamentado la presencia de la industria cárnica en la UAB y que se utilicen animales en los laboratorios de la universidad.
Otra de las peticiones del colectivo es que se revisen los criterios de contratación en la universidad pública para que no puedan entrar empresas privadas, como ocurrió en la Cátedra Repsol en la Universidad de Barcelona, una cátedra que no se ha renovado después de una acción de protesta de End Fossil en la UB el pasado mes de noviembre. «Queremos que se incluyan una serie de criterios éticos para que empresas extractivistas no puedan entrar la universidad», destaca Isidro.
End Fossil Barcelona lleva a cabo esta nueva ocupación en la Autònoma pero insisten que sus peticiones están enfocadas a todo el sistema público de universidades y su objetivo es que desde la Generalitat se transformen unas universidades «alineadas con el neoliberalismo, capturadas por bancos y empresas fósiles y con unas trabajadoras precarizadas».
«El último informe del IPCC representa un grito de alerta de las extremas consecuencias que supone seguir la actual trayectoria socioeconómica. Los incendios, las sequías, las pérdidas de cultivos, que ya se están viendo, derivan de una crisis estructural, que no afecta sólo al clima y a la que nos ha llevado el capitalismo», indican en un comunicado. Los estudiantes se saben parte de un movimiento internacional de gente joven que no se quiere quedar de brazos cruzados ante lo que consideran una inacción de las instituciones frente a la crisis climática.
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