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El coronavirus se traduce en una reducción histórica de las emisiones chinas

Los gases de efecto invernadero caen un 25% con respecto a 2019, pero podrían recuperarse rápidamente debido a lo paquetes de estímulo del Gobierno.
Una mujer en un supermercado durante la crisis del coronavirus. Foto: Studio Incendo/Flickr (Lic: CC BY 2.0) Foto: coronavirus

Las emisiones de gases de efecto invernadero en China han caído alrededor de un 25% en lo que va de año, comparadas con las del mismo periodo de 2019. La causa no es la decidida acción del Gobierno chino ni la implantación masiva de renovables. Tampoco la sustitución a gran escala de vehículos de combustión interna por otros eléctricos. El descenso se debe a la crisis del coronavirus -nombre por el que se conoce popularmente al virus COVID-19-, que ya ha supuesto la muerte de más de 2.000 personas.

Un análisis producido por el Centro para la Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), y publicado por el medio británico Carbon Brief, detalla los efectos de la epidemia sobre las emisiones. Muchos indicadores de demanda de electricidad y producción industrial están bajo mínimos en el país asiático como consecuencia de las medidas para contener la propagación de la epidemia. El uso de carbón en centrales eléctricas está a niveles no vistos en los últimos cuatro años, y la producción de acero se ha reducido a niveles de 2015. Además, los vuelos domésticos se han reducido un 70%.

Sin embargo, el autor del análisis, Lauri Myllyvirta, advierte: este efecto secundario de los esfuerzos por evitar que el virus se extienda podría verse compensada e incluso anulada por los paquetes de estímulo económico que prepara el Gobierno chino.

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Coronavirus, o cómo el Año Nuevo se prolongó

El coronavirus saltó a los titulares de todo el mundo cuando el Gobierno del país asiático bloqueó la ciudad de Wuhan, donde se detectó el patógeno por primera vez. Corría el 23 de enero, dos días antes del Año Nuevo lunar, que se celebra en China y otros países del continente, como Vietnam o Corea. Esta festividad suele suponer una caída generalizada de la actividad económica en estos países, que se reanuda normalmente tras 10 días de pausa.

Sin embargo, este año, como muestra el análisis realizado por el medio británico, la economía no se ha recuperado y sigue anclada en los niveles de Año Nuevo. Esto se constata no solo en el descenso del carbón, sino también en el refino de crudo. Entre estos dos marcadores se estima la caída de las emisiones en un 25%. Esta reducción se traduce en un 6% de emisiones globales menos durante este periodo. Sin embargo, según confirma Myllyvirta, la reducción a corto plazo no tendrá un impacto significativo sobre las emisiones anuales del país asiático.

Demanda, no oferta

El descenso de las reducciones está causado por un descenso en la oferta industrial, y no así en la demanda. Esto significa, según el autor, que en cuanto China supere la crisis del coronavirus habrá un rebote rápido que devuelva los niveles de gases de efecto invernadero a niveles normales. Los paquetes de estímulo económico del gobierno de Xi Jinping pueden hacer que incluso los superen.

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Sin embargo, el análisis identifica varios posibles efectos sobre la demanda que podría hacer que las emisiones no se recuperen tan rápido. La más importante es el efecto que puede tener sobre el sector de la construcción. Este depende en gran medida del trabajo de personas migrantes, que pueden verse afectadas por los cierres de las fronteras y las restricciones al movimiento dentro del país.

Además, las restricciones al movimiento también han resultado en una reducción dramática del sector de la aviación. El número de vuelos domésticos ha caído en un 70%. En total, según el análisis de Carbon Brief, las suspensiones de vuelos relacionados con el coronavirus pueden haber supuesto un 11% de reducciones de emisiones en el sector a nivel global durante las últimas semanas.

Una de cal y otra de arena

Además de los estudiados en el análisis de Carbon Brief, la crisis del coronavirus ha tenido otros efectos sobre la economía mundial que podrían tener consecuencias sobre las emisiones. La consultora Wood Mackenzie estima, por ejemplo, que las importaciones chinas de gas natural licuado (un combustible fósil cuya quema produce gases de efecto invernadero) caerán significativamente, aunque la cifra no puede aún ser cuantificada. Esta caída en la demanda impactará directamente al precio del gas estadounidense, que procede sobre todo del fracking.

Sin embargo, la parálisis económica que supone el coronavirus también se traduce en efectos negativos en la lucha contra la crisis climática. El sector de la energía solar y el almacenamiento en baterías podría verse muy afectado, según analistas consultados por el medio especializado Utility Dive.

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COMENTARIOS

  1. Se huele otra vuelta de tuerca a la economía, esta vez la excusa -¿fabricada?- se llama Coronavirus. (Editorial-Insurgente)
    …Mientras se averigua sobre si el tema tiene también que ver con la guerra bacteriológica y las casualidades de surgir a los pocas semanas de que EE.UU le declarase la guerra comercial a China, los casos se multiplican y en Falsimedia todo adquiere un tono morboso y apocalíptico que tanta audiencia (con publicidad pasando por caja) atrae. Puede que a la vuelta de la esquina nos encontremos con otro golpe a las economías de los trabajadores, esta vez dirán aquello de que no hay culpables, que qué le vamos a hacer, es culpa del corona-virus.

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