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La DGT se resiste a cambiar el distintivo ambiental sin el visto bueno de la industria automovilística

En una petición de Transparencia, la Dirección General de Tráfico confirma a varias organizaciones ambientales que solo negocian con los ministerios y con la patronal de la automoción. Según el propio director de la DGT, Pere Navarro, las etiquetas no se modificarán en esta legislatura.
Foto: El Ministerio de Teresa Ribera y las organizaciones ecologistas, a favor de eliminar la etiqueta Eco.

No sabemos con certeza si las ciudades del futuro se parecerán o no a las que se ven en películas y series. Lo más probable es que no haya vehículos sobrevolando el cielo. Por lo pronto, lo que tendrán todas las grandes urbes españolas serán zonas de bajas emisiones similares a Madrid Central o la implantada en Barcelona. No más tarde de 2023, 149 municipios españoles con más de 50.000 habitantes deberán contar con estas áreas con el fin de reducir la contaminación atmosférica y las emisiones que calientan el planeta. Lo mismo deberán hacer los municipios de más de 20.000 habitantes cuando superen los límites de contaminación permitidos. Todo ello es de obligado cumplimiento al formar parte de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

El criterio para determinar qué coches pueden entrar o no a estas zonas aún no está claro. Cada ciudad –no solo en España– aplica su propio criterio. Para evitar esto, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico está elaborando un documento de directrices. En él, consideran que “el instrumento adecuado para establecer restricciones es el distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT)”. Unas etiquetas voluntarias que han sido muy criticadas desde su implementación en 2016 por ser un coladero de vehículos altamente contaminantes

Actualmente, los distintivos ambientales son cuatro y no se rigen por criterios de emisiones sino por la tecnología que usan los vehículos. Por ejemplo, la Etiqueta 0 emisiones (de color azul) está reservada para los eléctricos –los que no emiten gases durante su circulación–, pero también para los híbridos enchufables con una autonomía de 40 kilómetros o vehículos de pila de combustible, es decir, que la mayor parte de su uso es mediante motor de combustión, que sí contribuye al calentamiento global y a la contaminación del aire.

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Le sigue “en el escalón de eficiencia” –así los define la DGT– la Etiqueta Eco. Tienen derecho a ella los automóviles híbridos y los propulsados por gas natural y gas o gas licuado del petróleo (GLP). Tanto el gas como el petróleo son combustibles fósiles, responsables principales de la crisis climática. Aun así, tiene el distintivo Eco.

Luego están la Etiqueta C (de color verde), diseñada para vehículos de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014, y la Etiqueta B (amarillo), destinada para los de gasolina de entre 2000 y 2006 y diésel de 2006 a 2013. “El resto de los vehículos, el 50% más contaminante, no tiene derecho a ningún tipo de distintivo al no cumplir los requisitos para ser etiquetado como vehículo limpio”, explican desde la DGT, la cual está bajo el paraguas del Ministerio de Interior.

Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nueve de cada diez personas respiran aire altamente contaminado. Cada año se producen más de 33.000 muertes prematuras en España a causa de la mala calidad del aire, y el actual modelo de movilidad y transporte es el principal detonante: 23.000 por partículas PM2.5, 6.800 por NO2 y 1.800 por ozono. A este sector se le atribuye cerca del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se emiten en España. Y no acaba aquí: es responsable de la mayor parte de la contaminación acústica en Europa, y genera el 6,7% de las emisiones de partículas finas y del 30,6% del total de emisiones de óxidos de nitrógeno a la atmósfera.

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La propuesta de las organizaciones ecologistas

El Gobierno de España, consciente que desde un punto de vista medioambiental la actual clasificación tiene importantes lagunas, se propuso el año pasado reformar los distintivos de los coches. Estaba previsto que entrara en vigor un nuevo etiquetado el pasado julio, pero la actualización se ha parado. Las organizaciones ecologistas señalan como culpable a la industria automovilística.

“La complicidad de la Dirección General de Tráfico (DGT) con el sector del automóvil bloquea la necesaria reforma y actualización de los distintivos ambientales para vehículos”, han denunciado en una rueda de prensa este miércoles las organizaciones ECODES, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Fundación Renovables y Transport & Environment (T&E)

Todas ellas presentaron en abril su propia propuesta de etiquetado. Una de las medidas sugeridas consiste en incorporar en la propia pegatina las emisiones que genera el vehículo cuando circula. También proponen limitar el distintivo 0 únicamente para los vehículos con emisiones nulas en funcionamiento, como son los eléctricos puros y los de pila de combustible. Este, además, pasaría a tener el color verde “al ser el que tradicionalmente se identifica con los valores medioambientales”.

Se vería alterado también el actual distintivo ECO –término que puede confundir al público–, que pasaría a denominarse D. En él se incluiría a los vehículos de combustión interna más eficientes y menos contaminantes. Eso sí: los cambios no tendrían carácter retroactivo para los coches ya vendidos, por lo que conservarían su etiqueta actual.

La DGT, los distintivo ambiental y los intereses de la industria

Esta propuesta, no obstante, es solo una idea de las organizaciones ecologistas, la cual reconocen que tiene gran aceptación a nivel ministerial. Aun así, se ha descartado que no formen parte del proceso de reforma. Un hecho que denuncian: “Desde [el portal de] Transparencia se nos niega el acceso a las actas de estas reuniones“, explica a Climática Adrián Fernández, de Greenpeace. 

En el escrito, remitido el pasado octubre y al que ha tenido acceso Climática, la DGT justifica su negativa aludiendo que “cualquier noticia a este respecto puede provocar un efecto negativo en el mercado de la automoción, que actualmente está viéndose muy resentido por diversos factores”.

En la misma contestación, la DGT sostiene que “próximamente” se volverá a reunir el grupo interministerial para cerrar un acuerdo entre las partes. De lograrse, el siguiente paso sería verse con ANFAC, ANESDOR y AEDIVE –las patronales del sector–. Solo si se llegase a un acuerdo con ellas “se trabajará para la modificación” de las etiquetas de los vehículos. Por tanto, de las respuestas se puede concluir que cualquier actualización de los distintivos ambientales tendrá que contar con el beneplácito de la industria del motor.

En septiembre, el director de la DGT, Pere Navarro, reconocía que estaba siendo difícil lograr el consenso entre todas las partes: la propia DGT, el ministerio de Transición Ecológica, el de Industria, y el de Transporte; y varios ayuntamientos. Preguntado por plazos, reconoció que no hay una fecha prevista para tener la reforma terminada.

Para Carlos Bravo, experto en políticas de Transport & Environment España, es “absurdo que la DGT, que no es un órgano ambiental, esté suplantando al Ministerio para la Transición Ecológica en la labor de rediseñar el sistema de clasificación ambiental de los vehículos, el cual es una herramienta fundamental para reducir las emisiones”. En una línea similar se manifiesta Carmen Duce, co-coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción: “Necesitamos un sistema de etiquetado que discrimine positivamente a los vehículos que realmente contaminan menos. El futuro de la movilidad urbana y la calidad del aire están en manos de la DGT; la exclusión de nuestras organizaciones de este proceso es un sinsentido”.

Durante un encuentro celebrado el jueves 18 de noviembre por el medio El Español, el director de la DGT, Pere Navarro, confirmaba que “en esta legislatura no se modificarán las etiquetas”. Asegura que “el trabajo ya está hecho”, pero que a la hora de consensuar los cambios con el sector de la automoción le ha dicho que “no es el momento oportuno”.

*. Artículo actualizado el 18 de noviembre a las 15:00 con las declaraciones de Pére Navarro.

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COMENTARIOS

  1. Los anuncios ya no nos animan a fumar como hace unas décadas. En cambio hoy tratan de decir que la felicidad son grandes autos, viajar a destinos distantes y cambiar de moda con frecuencia.
    La contaminación del aire, causada por la quema de petróleo, gas y carbón, mata a más personas cada año que el tabaco.
    Según la OMS, los problemas de salud relacionados con el tabaco conllevan 8,2 millones de muertes al año. La contaminación del aire por combustibles fósiles provoca más de 8,6 millones de muertes anuales en todo el mundo, según un nuevo estudio de universidades del Reino Unido.
    Para ocultar la verdad y continuar con sus modelos de negocio dañinos para el clima, la industria fósil utiliza la publicidad y los patrocinios como una cortina de humo. Al igual que lo hizo la industria tabacalera, las compañías de combustibles fósiles están inyectando dinero en publicidad y patrocinio en un último intento de mantener el negocio en marcha mientras ignoran deliberadamente toda la evidencia científica de que es perjudicial para nuestra salud y para la del planeta.
    Exije a la Comisión Europea que detenga la publicidad fósil:
    https://www.greenpeace.org/denmark/vaer-med/stop-fossilreklamer/?utm_medium=email&utm_source=smc&utm_campaign=dk_pg_fossil-fuels&utm_content=dk_pg_fab_eci&utm_term=none_none_none

  2. ¡Las megacentrales fotovoltaicas en las autovías!
    Energía solar sí, pero a escala humana, sobre los tejados y terrazas, con impacto cero y beneficios para el pueblo. También sobre superficies ya devastadas como autopistas, autovías, vías férreas, centrales nucleares, etc. Y ahorro, eficiencia y decrecimiento, sobre todo en el transporte.
    Toda la vida reclamando el uso de la energía solar (ES) sin que nos hicieran caso y ahora quieren instalarnos 400 megacentrales fotovoltaicas, ocupando y destruyendo muchos km² de tierras fértiles y montañas. ¡No querías caldo, pues 400 tazas! … ¡Qué maligno es este sistema que destroza el entorno incluso con el SE, madre de la vida en la Tierra!
    Obviamente el clima está calentándose aceleradamente y urge ponerle remedio, debemos espabilarnos porque sólo tenemos esta década para evitar la irreversibilidad y el desastre climático. Pero esto no podemos solucionarlo eliminando la vegetación, contaminando con más herbicidas, llenando de más cables el cielo y destruyendo el paisaje rural con las megacentrales, un alud que más parece neocolonización energética que solución ecológica.
    Además, existen alternativas prácticas mucho mejor y los gobiernos central, autonómico y locales deberían priorizarlas en función del mínimo impacto posible y el máximo beneficio socioecológico, siguiendo este orden:
    Ahorro y Eficiencia.
    Energia Solar de impacto casi cero.
    Energías renovables de impacto mínimo.
    Reducir el transporte motorizado.
    Decrecimiento solidario.
    https://www.ecologistasenaccion.org/183604/les-megacentrals-fotovoltaiques-a-les-autovies/

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