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“Somos el meteorito”

El documental ‘Animal’, estrenado en el Another Way Film Festival, narra a través de los ojos de dos adolescentes cómo los cambios antropogénicos producidos en el planeta nos colocan ante la sexta extinción masiva.
Una imagen del documental 'Animal': el emotivo encuentro de Bella y Vipulan con la etóloga Jane Goodall. Foto: CAPA STUDIO / BRIGHT BRIGHT BRIGHT

«No tenemos mucho tiempo. Quizás, con suerte, unos 20 años para enderezar el rumbo en la buena dirección. Este es un momento crucial para la humanidad». Así hablaba el paleontólogo Anthony D. Barnosky en Mañana (2015), de Cyril Dion y Mélanie Laurent. Barnosky, la bióloga Liz Hadly y otros 18 académicos (entre ellos, los españoles Eloy Revilla y Jordi Bascompte) publicaron en junio de 2012 un artículo en Nature que advertía de la proximidad de un cambio decisivo de la vida en la Tierra.

«La última vez que las temperaturas llegaron al nivel al que se espera que lleguen en las próximas dos décadas fue hace 14 millones de años, mucho antes de que los humanos hubiéramos evolucionado. Nuestra especie nunca ha experimentado esas temperaturas», añadía Hadly en aquel documental. Han pasado seis años desde entonces, nueve desde aquel estudio que alarmó tanto a Dion y Laurent. Entonces decidieron echarse la cámara al hombro y contribuir a la divulgación del problema haciendo lo que saben hacer: cine. Pero nada ha cambiado. De hecho, estamos peor. Según las previsiones, las emisiones de gases de efecto invernadero no sólo no se reducirán para adaptarse al marco impuesto por el Acuerdo de París sino que aumentarán.

Conociendo los hechos, es fácil empatizar con la sombría postura de Bella Lack, la joven inglesa que protagoniza Animal junto al francés Vipulan Puvaneswaran. Animal es el nuevo trabajo de Cyril Dion y se estrenó en España en el Another Way Film Festival. En él recorre el mundo junto a estos dos adolescentes, ambos activistas por el clima, para transmitir la importancia de la biodiversidad en el delicado equilibrio del planeta. Bella, de tanto amar a los animales, llegó a odiar a las personas. Será a través de este viaje, en el que conoce a tantos hombres y mujeres volcados en la preservación de la naturaleza, cuando se reconcilie con el género humano.

Vipulan también cambiará. Más cerebral, más tímido, más político, ampliará su lucha climática al contacto con las maravillas (y los horrores producidos por la mano del hombre) que existen en el mundo animal. «Vipulan, de mayor, quería ser físico especializado en el clima. Ahora quiere ser biólogo», confirma Cyril Dion en su encuentro por videoconferencia con el público español. «Al principio de la película dice que es medioambientalista y que al final se ha hecho ecologista. Según él, el medioambientalista se centra en cuestiones relacionadas con el medioambiente y la naturaleza, mientras que el ecologista se preocupa por la vida en todas sus formas, incluida la vida humana». El compromiso de este adolescente francés de padres ceilaneses incluye hoy «la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, entre negros y blancos, contra el colonialismo, a favor de la sanidad pública… Así entiende él el ecologismo, como parte de un todo».

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La conexión entre clima y especies

Y no anda desencaminado, Vipulan. La relación existente entre crisis climática y crisis de la biodiversidad es indisoluble. El cambio en el clima afecta a las especies, y la reducción de especies pone en peligro la vida tal y como la conocemos. Y estamos aniquilando especies a una velocidad desconocida en los últimos millones de años. Lo hacemos directamente (arrasando sus hábitats o sobreexplotando sus capturas) o indirectamente (a través de la emisión de gases de efecto invernadero o contaminando el suelo y el agua).

Según los datos de Global Forest Watch, la superficie forestal retrocedió en 12 millones de hectáreas sólo en 2019. Un tercio de esa masa perdida corresponde a bosques primarios, selvas vírgenes tropicales principalmente, bosques que absorbieron CO2 y emitieron oxígeno limpio durante siglos y siglos. Tenían, por tanto, un papel decisivo en la regulación del clima y en el mantenimiento de la biodiversidad. Y ya no están. Desaparecen a velocidad de vértigo: el equivalente a la superficie de un campo de fútbol cada seis segundos durante todo un año.

Y no se trata sólo del bosque en sí sino de lo que éste atesora en su interior: animales, insectos, agua limpia, plantas que esconden una buena parte de las moléculas activas que se usan en farmacología… Un ecocidio que forma parte de nuestro suicidio como especie.

«Somos el meteorito», dice Bella en un momento del documental. Y Anthony D. Barnosky, al que visita en la Universidad de Stanford y que ya aparecía en Mañana, le da la razón. La quinta extinción masiva ocurrió hace 65 millones de años por el impacto de un meteorito. Entonces desaparecieron tres cuartas partes de las especies de plantas y animales de la Tierra. Estamos de lleno en la sexta extinción, pero esta vez la destrucción no ha venido del espacio exterior. Según un estudio publicado por la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU, los vertebrados están desapareciendo a un ritmo cinco veces más rápido que el que correspondería a su ciclo natural. Y ese ritmo, para colmo, se está acelerando.

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La responsabilidad humana en este desastre es el que alimentaba la misantropía de Bella, y ésta no desapareció hasta que conoció a Afroz Shah en la India, donde se dedica a la hercúlea tarea de limpiar las montañas de plásticos que se acumulan en las playas y los barrios de Bombay; a Claire Nouvian, fundadora de la ONG Bloom, que tras años de activismo en Bruselas consiguió que se prohibiera la pesca de arrastre en Europa; al filósofo Baptiste Morizot, al que acompaña a los bosques del Jura para analizar el comportamiento de los lobos; al biólogo Dino Martins en Kenia, donde estudia la interacción entre las especies y le da una lección magistral sobre la importancia de las hormigas; a la célebre etnóloga Jane Goodall, especialista en el comportamiento de los chimpancés… Hay tanta gente maravillosa volcada en solucionar el problema que Bella no podía odiar a todo el género humano: «A través de nuestros encuentros me he dado cuenta de que la gente que triunfa no es la que tiene más dinero o más recursos. Es la gente que trabaja unida en el seno de una comunidad democrática e idealista».

Los malos, presentados a menudo como triunfadores, son otros. «La clase política no vive ajena a este problema», afirma Cyril Dion entrando de lleno en el asunto. «Estuve con Emmanuel Macron durante la Convención Ciudadana por el Clima y sabe perfectamente lo que está pasando. No hace falta que vea más documentales sobre ecología, como éste, ni otros sobre las banlieues. Él ya sabe todo esto. Ese no es el problema. El problema es cómo enderezar el equilibrio de fuerzas para obligar a los responsables políticos a anteponer el interés general a los intereses económicos». La visita de Bella y Vipulan al Parlamento Europeo es muy elocuente al respecto. Allí, moviéndose entre bastidores de la mano de Claire Nouvian, aprenden el funcionamiento de los lobbies. «El verdadero problema está ahí –subraya Dion–, en que predominan los intereses económicos sobre el bienestar de las personas. Es lo que mostramos en Bruselas. Necesitamos más personas como Claire Nouvian».

Bella y Vipulan asisten a una votación sobre el aumento de las subvenciones comunitarias a la pesca industrial y no pueden creer lo que están viendo. Luego abordan a los responsables para preguntarles por el sentido de su voto. La secuencia es bochornosa. Unos hombres hechos y derechos dando la espalda y huyendo de las preguntas de dos niños.

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Y luego hay que aguantar a los cínicos vendiéndonos sin rubor las bondades de la «política para adultos». El mundo necesita precisamente lo contrario, necesita una política de los niños y para los niños, que son quienes tendrán que lidiar con el desaguisado que han provocado estos mercaderes con su corrupta, saqueadora y vomitiva «política para adultos».

‘Animal’ se proyectará el próximo viernes 29 de octubre en el Festival de Valladolid, dentro de la sección Cine & Cambio Climático.

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