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La Amazonia perdió en 2020 cerca de 2,3 millones de hectáreas de bosque primario

Pese a la pandemia, la deforestación creció un 17% respecto a 2019. Se trata del tercer peor registro de los últimos 20 años, y el más alto en Bolivia, Ecuador y Perú. Brasil es la más afecta, con un 65% del total de la deforestación.
Deforestación en la Amazonia brasileña de 2.540 hectáreas entre enero (izquierda) y noviembre (derecha) de 2020. Foto: Planet. MAAP.

Solo en 2020, la Amazonia perdió 2,3 millones de hectáreas de bosque primario en los nueve países amazónicos, un 17% más que el año anterior. Estas cifras suponen el tercer peor registro de los últimos 20 años tras 2016 y 2017, y el valor más alto en Bolivia, Ecuador y Perú. Una vez más, Brasil ha sido el país con mayor superficie afectada con un 65% del total (más de 1,5 millones de hectáreas). Mientras, el ultraderechista Jair Bolsonaro proponía a principio de año recortar el presupuesto de 2021 para la protección del medio ambiente.

La extensión de biodiversidad perdida es superior a la extensión entera de El Salvador. Son datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) a partir del análisis de cifras anuales de 30 metros de resolución producidas por la Universidad de Maryland. Los países que conforman la Amazonia son Bolivia, Brasil, Colombia Ecuador, Gayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

Gráfico: MAAP

Amazonia brasileña

La Amazonia brasileña es siempre la más afectada tanto por la deforestación como por los incendios. En 2020, tuvo el sexto registro más alto de pérdida de bosque primario y un incremento del 13% respecto a 2019. Según el MAAP, muchos de los ‘puntos calientes’ amazónicos del año pasado ocurrieron precisamente en Brasil, donde la deforestación masiva se expandió en casi toda la región del sur.

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Acorde a las imágenes satelitales, hasta agosto las áreas de bosque fueron primero deforestadas y más tarde quemadas, lo que desembocó en grandes incendios por la abundante biomasa recientemente cortada. En este sentido, el análisis apunta a que mucha de la deforestación en estas áreas parece estar asociada con la expansión de pasto para ganado.

A través del Fondo Amazónico, Brasil ha recibido durante años grandes cantidades de dinero para prevenir, vigilar y combatir la deforestación en este ecosistema. Su mayor donante es Noruega, que en 2019 decidió congelar sus ayudas por las políticas de Bolsonaro. También hizo lo propio Alemania. Ahora, el país nórdico, a través de su ministro de Medio Ambiente, ha asegurado que Brasil debe demostrar que puede reducir la deforestación antes de reanudar la ayuda económica.

Incendio forestal en la Amazonia brasileña (Estado de Para) que quemó 9,000 hectáreas entre marzo (izquierda) y octubre (derecha) de 2020. Datos: Planet. MAAP.

Amazonia boliviana y peruana

2020 fue un año negro para los bosques amazónicos situados en Bolivia, Perú y Ecuador tras registrar la mayor pérdida de bosque primario. En el caso de Bolivia, fueron más de 240.000 hectáreas. De hecho, los ‘puntos calientes’ más intensos en la Amazonia entera tuvieron lugar al sureste de Bolivia, donde los incendios arrasaron en los bosques secos, conocidos como ecosistemas Chiquitano y Chaco.

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En Perú, por primera vez, se superaron las 190.000 hectáreas. Una deforestación que se concentró en la región central. Aun así, como punto positivo, el MAAP resalta que la minería aurífera ilegal (extracción de oro) que asolaba la región del sur ha disminuido gracias a la respuesta de las autoridades. En este caso, la deforestación de la selva parece estar asociada con la expansión de la agricultura a pequeña escala o de pasto para ganado.

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