La Comisión Europea aprobó el pasado mes de febrero una nueva taxonomía para la energía que etiquetaba el gas y la nuclear como «energías verdes». Esa nomenclatura sufre ahora un duro revés después de que Alemania anunciase hoy oficialmente su oposición.
«Este ‘no’ es una señal política importante y lo que indica claramente es que la energía nuclear no es sostenible y, por lo tanto, no debería formar parte de la taxonomía», declaran en un comunicado conjunto los ministerios alemanes de Medio Ambiente y de Economía.
La primera economía de Europa ha enseñado sus cartas de cara a la dura campaña que se librará para ratificar esta polémica taxonomía. La decisión de la Comisión puede ser anulada si 20 de los 27 países miembros la rechazan. El Parlamento Europeo también puede vetarla si consigue una mayoría, es decir, 353 diputados y diputadas. El peso de Alemania también aquí es crucial, ya que es el país que cuenta con más asientos en el hemiciclo: 96. Le sigue Francia, con 79 diputados, que es quien más empeño ha puesto en aprobar la nueva taxonomía.
El presidente francés Emmanuel Macron, reelegido hace pocas semanas, presentó antes de la campaña electoral un ambicioso plan para resucitar la energía nuclear en su país. Fue su respuesta a la crisis desatada con la guerra de Ucrania, que elevó a máximos históricos el precio del gas. La nuclear, y en esto coincide todo el espectro político francés que va del centro a la ultraderecha (con el peculiar apoyo del Partido Comunista), es considerada como un elemento clave para garantizar la «independencia energética» del país.
Este etiquetado tiene también una gran importancia financiera. Si la energía nuclear se considerara oficialmente «verde» en Europa, sus inversores se verían favorecidos por una amplia gama de ayudas estatales y comunitarias. Podrían, así, alinear sus intereses con el objetivo de reducir las emisiones impuesto por el Acuerdo de París. La consideración de «energía verde» o de «energía limpia» (algo a lo que los propios especialistas de Bruselas se oponen) resultaría para ellos de gran provecho.
Pero Alemania no está sola en su postura. Varios países (entre ellos España) también se mostraron contrarios a la clasificación propuesta por la Comisión. En cualquier caso, el voto en el Parlamento no funciona por nacionalidades sino por familias políticas. Es probable que liberales, conservadores y ultras de toda Europa (Partido Popular y Vox, entre ellos) voten a favor de calificar la energía nuclear como «verde». La batalla está servida.
Nucleares: una falsa solución para el clima. (vídeo)
Desmontamos los engaños de una tecnología decadente
En este seminario, celebrado el 27 de abril de 2022, analizamos por qué la energía nuclear no es limpia (ni siquiera libre de emisiones de gases de efecto invernadero), cuáles son los sobrecostes y los grandes retrasos en la construcción de las centrales nucleares, cuál es la disponibilidad de uranio y el impacto social y ambiental de su extracción y procesamiento, etc.
Con la participación de:
Andreu Escrivá. Ambientólogo y doctor en Biodiversidad. Intervención en valenciano.
Cristina Rois. Movimiento Ibérico Antinuclear / Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.
Eloy Sanz. Profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos.
Organiza: Ecologistas en Acció del País Valencià.
Colabora: Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz.
https://www.ecologistasenaccion.org/198457/nuclears-una-falsa-solucio-per-al-clima/