11 imágenes de julio que evidencian la crisis climática

Reza el dicho que una imagen vale que mil palabras. En el caso de la crisis climática, basta con ver las noticias de las últimas semanas para constatar que las consecuencias del calentamiento de la atmósfera no son hechos aislados ni proyecciones futuras que afrontarán únicamente nuestros nietos. Ocurren aquí y ahora. “El cambio climático está operando ante nuestros ojos”, aseguraba recientemente el climatólogo francés Robert Vautard. Ningún rincón del planeta está a salvo de estos desastres naturales, que la emisión de gases de efecto invernadero provocada por la actividad humana se ha encargado de hacer más mortales y destructivos.

Tormentas y ciclones

En las últimas semanas, la tormenta tropical Elsa barrió el Caribe y la costa este de Estados Unidos. Tras dejar dejar tres muertos en República Dominicana y Santa Lucía, la tormenta provocó la evacuación de más de 100.000 personas en Cuba. Cuando entró en territorio estadounidense mató a otra persona en Georgia y se dividió en diferentes tornados. En Nueva York cortó varias carreteras e inundó estaciones de metro. El agua llegaba a la altura de la cintura. Pocos días antes, el ciclón Claudette dejaba 12 muertos en Alabama. El calentamiento del océano Atlántico ha provocado, según los expertos, que la temporada de huracanes se amplíe y que las tormentas sean más intensas. Al otro lado del océano, en el norte de Italia, cayó una tormenta de granizo gigante tras varios días superando los 40 ºC.

Inundaciones

Las autoridades alemanas actualizaron la cifra de víctimas mortales tras las inundaciones de la semana pasada: más de 160 muertos. En Bélgica, el balance provisional es de 36 fallecidos. Los heridos se cuentan por centenares y el daño económico en miles de millones de euros. Se trata de la peor catástrofe sufrida por Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Este fenómeno meteorológico extremo ha situado el cambio climático en el centro de la agenda política de cara a las elecciones del próximo 26 de septiembre. Hace un año, un estudio advertía claras señales producidas por el cambio climático en la zona ahora devastada. El aumento de las precipitaciones llamó, ya entonces, la atención de los científicos.

Otras lluvias torrenciales devastaron también varios suburbios de Bombay, donde el pasado domingo murieron al menos 30 personas. El fenómeno se repitió en Nueva Zelanda, donde las regiones de Canterbury y Wellington tuvieron que declarar el estado de alarma. En dos días cayó la misma cantidad de lluvia que suele caer en un mes, hubo corrimientos de tierra y los ríos se desbordaron, por lo que fue necesario evacuar a más de 2.000 personas.

Altas temperaturas y olas de calor

Cuando hace más calor en Canadá que en Dubái es que algo no va del todo bien. Entre finales de junio y principios de julio, Norteamérica sufrió una ola de calor que dejó cientos de muertes humanas, millones de animales marinos calcinados por las altas temperaturas y numerosos incendios forestales. Una serie de sucesos que habría sido «virtualmente imposible» sin la influencia del cambio climático provocado por el ser humano. En concreto, al menos 150 veces más probable, como constató un rápido análisis de atribución realizado por especialistas del clima del grupo World Weather Attribution.

Esta ola de calor puso en evidencia la fragilidad del actual sistema ante eventos extremos que serán cada vez más habituales y potentes. Fue el caso de Nueva York, cuyo alcalde, Bill de Blasio, pidió a sus habitantes que redujeran de inmediato su uso de energía, incluyendo apagar el aire acondicionado, ante posibles cortes generalizados en el sistema eléctrico. Un mensaje que contrastaba con la imagen que ofrecía la icónica Times Square, con todas las pantallas publicitarias funcionando a pleno rendimiento.

El 9 de julio, el Valle de la Muerte, en California, alcanzó los 54,44 ºC tras varios días superando los 53 ºC de máxima. De certificarse definitivamente, sería un nuevo récord de temperatura al exceder los 54,39 ºC registrados el 16 de agosto de 2020.

Durante este mes, también se certificó un nuevo récord de temperatura en la Antártida. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha validado los 18,3 ºC que se registraron el 6 de febrero de 2020 en la estación de Esperanza (Argentina).

España tampoco se ha librado de altas temperaturas durante este mes de julio. Este hecho ha llevado a a Meteored a modificar las escalas de sus mapas para que puedan abarcar entre los 46 y los 50 ºC. Lo que se esperaba que fuera una imagen futura ya es una realidad.

Incendios forestales

El calentamiento global de la atmósfera está haciendo que los incendios forestales sean cada vez más habituales y difíciles de extinguir. Zonas acostumbradas de por sí a estos episodios, como California y Siberia, llevan unos años constatando esta nueva normalidad climática. Actualmente, cientos de incendios afectan a la región de Yakutia, en la Siberia oriental. Más de 1 millón y medio de hectáreas ya han ardido en la ciudad grande más fría del mundo.

En el estado de Oregón, en Estados Unidos, se encuentra ahora el mayor incendio activo del país. Menos del 10% está controlado, y su extensión es más grande que la ciudad de Nueva York. Esto ha provocado la evacuación de miles de personas y cientos de hogares destruidos. Según declararon los responsables de extinguir el fuego a la televisión Koin TV, no estará sofocado hasta finales de noviembre.